La artesanía juega un papel muy importante en el desarrollo cultural de la marca Jaeger-LeCoultre, la cual ha invertido más de una década en fomentar la restauración de objetos creados a mano, con el fin de conservar el patrimonio cultural.
En esta ocasión, el vínculo más cercano hacía el amor y las artes nació en los talleres de restauración propios de la marca, ubicados en la Scuola Grande di San Rocco en Venecia, en donde se reafirmó la sociedad de la Casa Relojera con el Festival Internacional de Cine más prestigiosos del mundo: Mostra.
Con motivo de celebración del 73º aniversario del Festival Mostra, El Grande di San Rocco dará la bienvenida a todos los invitados interesados en ayudar a través de donaciones a la restauración del lugar, el cuál desde el 2013 ha sido testigo del trabajo social y artesanal de la marca.
Un corazón que marca el latido
Los valores de la Maison son reflejados a través de la iniciativa de ayuda por medio de una dinámica. Durante el evento, los invitados tendrán la oportunidad de crear su propia obra de arte representada en un corazón. El dibujo será almacenado en un libro digital que será exhibido en la sala “Lido” y aportará un porcentaje de donación por parte de la firma.
La embajadora de Jaeger-LeCoultre, Carmen Chaplin, fue la primera en participar en el proyecto dibujando un corazón, el cuál fue grabado en la parte posterior de un emblemático reloj Reverso. Por último, el talento y las habilidades de restauración de Jaeger LeCoultre se hicieron notar a través del legendario reloj colgante denominado Zélie LeCoultre, diseñado por Antoine LeCoultre, y mismo que será exhibido durante el evento por medio de imágenes.
Esta pieza se caracteriza por ser el primer modelo con un sistema de cuerda ajustado con una corona bobinada para el ajuste del tiempo.