La horología que presenta y presume HYT, encabezada por Vincent Perriard y potenciada por actores relojeros de la más alta talla, es decir: Jean-François Mojon, Giulio Papi (H1 y H2 respectivamente) ha encontrado en Neuchâtel y en su hermoso lago al cómplice perfecto para que su concepto siga fluyendo, y creciendo a pasos agigantados, tal como lo ha venido haciendo.
Bienne, que fungía como sede original, se quedó corto en términos de espacio, y para la mudanza fue necesaria una visión que acompañara al concepto que resguardan las siglas HYT, es por ello que Neuchâtel, cuna relojera de grandes mentes como Abraham-Louis Breguet, fuera seleccionada por el equipo de hidrorelojeros, o así definimos al nombre HYT, cuyo ADN y espíritu pioneros, han elevado a este –concepto totalmente único– a conquistar a coleccionistas y mercados alrededor del mundo. De reciente creación, dado a que sus inicios datan del año 2002 cuando Lucien Vouillamoz decidió imaginar la idea de construir un reloj que incorporara líquidos y horología tradicional.
Una utopía que necesitaba una solución mecánica posible, y que años más tarde, el –también– ingeniero nuclear especializado en termodinámica, decidiera replantearse en cuanto a la concepción inicial, añadiendo dos depósitos flexibles conectados al mecanismo, no obstante el proyecto e idea geniales, debían ser apuntalados por el financiamiento y experiencia de algún personaje decidido a hacerlo posible. Fue este momento de inflexión en el cual Lucien encontró en su amigo Patrick Berdoz a su socio perfecto, un emprendedor que posteriormente contactara a Emmanuel Savioz, cuyo dominio y experiencias en dicha tecnología al servicio de la medicina, fungieron como “mecenas” para el proyecto desarrollado durante un año y presentado en el 2010.
Felicitamos a Vincent Perriard, y a todo el equipo de mentes que trabajan para aportar una calidad técnica relojera apegada a la tradición, pero con un toque líquido que nos emociona y congratula comunicar.