¿De qué sirve crear relojes extraordinarios si no hay posibilidad de probarlos en la naturaleza? El tiempo existe en todo, y BALL Watch lo entiende así.
La asociación con Hervé Barmasse al Club de Exploradores de la marca así lo confirma. Nacido en a los pies del Cervino, este deportista representa a una cuarta generación de guías alpinos, y su historia es tan trágica como sorprendente.
Destinado a convertirse en esquiador profesional, sufrió un accidente que lesionó su físico a fin de obligarlo a abandonar esta disciplina, pero la montaña le esperaba y a partir de ahí, Hervé siguió adelante sin mirar atrás. Actualmente, Hervè es el único escalador que ha conquistado hasta los 1,500 metros de la pared del sur del Cervino en solitario, y la única persona en el mundo que ha establecido una nueva ruta para este propósito. Asimismo, ha conquistado rutas consideradas imposibles: Beka Brakay Chhok de Pakistán (6,970 metros), y las paredes de granito del Cerro Piergiorgio en la Patagonia.
Asimismo, este personaje realiza diversas actividades en torno a la montaña, como la grabación de películas, instrucción de esquí, guía de montaña, especialista en rescate por helicóptero, etcétera.
«Hace un tiempo dije que el alpinismo estaba acabado, pero ahora digo que no, no es cierto, porque hay jóvenes que no piensan solo en la escalada o en la ascensión, sino que entienden que el alpinismo es algo más cultural. Jóvenes como Hervé Barmasse»: Reinhold Messner (alpinista de origen italiano que se convirtió en la primera persona en escalar –sin oxígeno– las 14 cumbres de más de 8,000 metros del mundo).
Este es el tipo de Embajadores para los que BALL Watch destina su ingenio y expertise en la creación de sistemas que puedan garantizar la precisión en condiciones extremas.