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Breguet y su distinguida clientela


 |  25 enero, 2016

«Una historia escrita a través de personajes ilustres»

Actualmente comprar un reloj no es exclusivo de unos cuantos, la posibilidad de hacerlo es amplia, y un elevado número de personas tienen la fortuna de portar una pieza que indique el tiempo en el que viven, incluso en el teléfono celular. Sin embargo, hace un par de siglos la horología estaba limitada a quien podía pagar por la pieza, que era producto de las horas hombre de unos pocos genios capaces de dominar el arte de la mecánica y la miniaturización de la misma al interior de un reloj de bolsillo, por ejemplo.



De estos personajes destaca Abraham-Louis Breguet, quien es considerado por expertos como el relojero más diestro de la historia, pero también por contribuir a la creación de las primeras redes de distribución a partir del buen nombre que sus guardatiempos fueron cosechando en cada uno de sus clientes: Napoléon Bonaparte (Napoleone di Buonaparte), quien no dudó en adquirir diferentes creaciones de Breguet, de entre las cuales destaca un reloj de carruaje No. 178 con repetición de minutos; Marie Antoiniette, una de las principales admiradoras de Breguet en su papel de relojero. El horloger desarrollaría el reloj No. 160 que, posterior a 34 años se convertiría en el instrumento que reunía las más selectas complicaciones de la época; Caroline Murat, quien encargó alrededor de 34 piezas a Breguet, siendo una defensora de las artes y admiradora de las piezas desarrolladas por esta Casa. Gracias a Caroline, en 1810 nace el primer reloj de pulsera; Aleksandr I, a pesar de principiar la prohibición de productos franceses a Rusia, el zar visitó el taller de A.-L. Breguet en Quai de l´Horloge, solicitando el Classique Réveil du Tsar, una pieza excepcional con indicación de segundo huso horario. Finalmente, Selim III, sultán turco que encargó diferentes guardatiempos, pero que fungió como asesor para ampliar la clientela del suizo y conquistar aquel mercado gracias a la información que brindó sobre el gusto particular sus connacionales.

Asimismo, la fama de sus relojes se extendió por toda Europa, llegando a inspirar escritos de Honoré de Balzac, quien en Eugenia Grandet escribió:

HonoreBalzac

«…— Extrajo el reloj plano más delicioso de los realizados por Breguet. —. Vaya, pero si son las once, qué madrugador he sido».

Aleksandr Pushkin, en su obra Eugenio Oneguin: 

ALEXANDER PUSHKIN

«Un dandi pasea tranquilamente por los bulevares (…) hasta que su Breguet, siempre alerta, le recuerda que es mediodía».

De igual forma, las bellas artes se han inspirado del expertise de Breguet, particularmente el compositor italiano Gioachino Rossini, quien formó parte de la clientela distinguida del relojero suizo gracias a la adquisición de su reloj No. 4604, una referencia hecha en caja de oro con decoración guilloché y carátula de plata descentrada. La viuda del músico, continuó acudiendo a Breguet para continuar con el mantenimiento de la pieza, y dicha historia inspiró a Montres Breguet para desarrollar la referencia Classique «La Musicale», cuyo mecanismo musical patentado reproduce la Gazza Ladra, ópera del compositor italiano.

Sir. Winston Churchill

WINSTON CHURCHILL

El político británico cuyo rol protagónico en la Segunda Guerra Mundial le ganó un lugar en los libros de la historia, acudía con constancia a la Casa Breguet. Ya sea de compras para personajes importantes, o para dar mantenimiento a su reloj Breguet No. 765, un cronógrafo de repetición de minutos y segundero rattrapante.

Finalmente, destacamos la exhibición propuesta en la Cite du Temps, de Ginebra, del 18 de enero al 21 de febrero del presente, propuesta con Marc A. Hayek, Presidente y Director General de Montres Breguet.

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…Ya entendería yo, con cada pieza de alta relojería, que la mayor parte de lo que llamamos extraordinario se disfruta sin percatarse del paso del tiempo, pero mirando el reloj.



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