La sabiduría que ha desarrollado el taller de Montblanc para identificar complicaciones realmente funcionales y solicitadas por su clientela es extraordinaria. Y es que –generalmente– un cronógrafo no exhibe indicaciones de calendario y viceversa, al menos no en el rango de precios en los que Montblanc ofrece al último ejemplar de su línea Heritage.
Inspirado en los primeros relojes de cronógrafo de la década de los años 20, la dualidad de complicaciones sugiere el mismo número de retos: el mecanismo, que debe trabajar cual “reloj suizo” –valga la redundancia–, y la lectura clara de sus informaciones. En el primer caso hablamos de un mecanismo de remonte automático calibre MB 25.09, que vibrará a 4 Hz durante no menos de 42 horas de autonomía. Asimismo, las funciones del calendario podrán ajustarse gracias a una herramienta destinada a realizar la corrección anual al finalizar el mes de febrero, ésta se entrega con la compra del reloj.
Entrando a la parte estética, está enfocada en mostrar un halo vintage, pero al mismo tiempo contemporáneo. La caja es de oro rojo de 18 quilates, mientras que la carátula es blanca con acabado “rayos de Sol”. La diferenciación de las indicaciones del calendario y el cronógrafo se da por medio de los colores de las agujas: chapadas en oro rojo para el primer caso, y en acero azulado para las manecillas destinadas a la medición de tiempos cortos están propuestas en acero azulado. Finalmente, una bella fase de Luna se presenta en punto de las 3 h, gracias a un patrón de cuatro Lunas individuales chapadas en oro rojo.
Orgullosamente Montblanc
La pieza cuenta con los valores añadidos de una verdadera Manufactura: la pulsera de piel de cocodrilo está confeccionada en los talleres de peletería de la marca en Florencia, mientras que la certificación de precisión corre a cargo del atelier de la Maison en Le Locle.