Corum es una Manufactura que se ha caracterizado a lo largo de su historia por dar rienda suelta a su audacia creativa, y en esta ocasión no es la excepción. Ha logrado fusionar de manera casi mágica a dos de las figuras más fascinantes en sus respectivos universos: al dragón –una criatura mítica que simboliza la vida y el poder– y al movimiento exclusivo tipo ‘baguette’, considerado una auténtica leyenda de la relojería contemporánea.
Desde tiempos inmemorables, el dragón ha sido una criatura que se representa como el guardián de un tesoro fabuloso. Hoy, gracias a Corum, su silueta aparece justamente protegiendo con sus enormes garras el movimiento CO 113 del nuevo Golden Bridge Dragon.
Sin duda se trata de un digno descendiente del primer movimiento baguette de la historia, introducido por Corum en 1980, una obra maestra de la mecánica relojera que encarna la impresionante experiencia de la marca de La Chaux-de-Fonds y su insaciable búsqueda de la linealidad.
Construido a lo largo de un eje vertical, que se extiende por la Corona a las 6, que está perfectamente alineado con el fin de acentuar esta construcción excepcional. Visualmente impresionante en cada detalle, cuenta con una platina y puentes en oro rojo, incluyendo un puente superior con la firma Corum grabada a mano.
Trabajo artesanal y mecánico de excepción
Así como domina la mecánica relojera, Corum demuestra en esta pieza el mismo grado de habilidad en lo que a trabajo artesanal se refiere. Tan solo imaginen que para dar vida al dragón, primero se vierte el oro rojo en un molde con el fin de dar forma a un esbozo inicial. Entonces comienza el fascinante trabajo de grabado… Jugando con el espesor irregular de la placa de oro, el artesano pacientemente esculpe el material para crear llamativos efectos tridimensionales. Después de más de dos semanas dedicadas a esta tarea extraordinaria realizada totalmente a mano, el dragón se prepara para extender su magia, mediante un sinnúmero de detalles. Con su silueta mítica –que adquiere su profundidad gracias al efecto de pequeñas escamas–, la criatura se envuelve alrededor del movimiento baguette, aunque sin llegar a tocarlo. El dragón con su cabeza en llamas parece listo para respirar su fuego interior, mientras que su cola luce una delicada perla, que pareciera un Sol en llamas.
La transparencia, su encanto
El fascinante encuentro entre la criatura mítica y el legendario calibre encuentra un contexto digno en una elegante caja en forma de tonel. Esta última elaborada en oro rojo de 18 quilates protegida por cuatro cristales de zafiro en la parte delantera, el reverso y ambos lados, creando así una transparencia fascinante que mejora aún más la perspectiva tridimensional del dragón. El precioso y refinado Corum Golden Bridge Dragon también fue interpretado en dos versiones de joyería. En la primera, el brillo de 422 diamantes redondos iluminan la caja en oro rojo y el cierre desplegable en el brazalete; mientras que el segundo incorpora no menos de 80 diamantes talla baguette y 338 diamantes redondos.
La interpretación decididamente contemporánea, del Golden Bridge Dragon juega con los elegantes contrastes entre la calidez del oro rojo y el fondo negro mientras que la versión urbana viste al movimiento y a la mística bestia en oro, enmarcados por una caja de titanio grado 5 con revestimiento de PVD negro.