Ginebra es la capital del cantón homónimo y es la ciudad más grande de Suiza después de Zúrich. La calidad de los relojes fabricados en Ginebra a inicios del siglo XVII era innegable y estaba garantizada siempre que llevara grabado el nombre de la ciudad. No obstante, un grupo de fabricantes sin escrúpulos se aprovecharon de esta reputación y comenzaron a vender relojes producidos fuera de este territorio incluyendo la mención Genève. Derivado de lo anterior, en 1886 La Societé des Horlogers de Genève pidió al Parlamento de Ginebra la promulgación de una ley por medio de la cual se crearía una certificación y sello de calidad: el Poinçon de Genève.
El Punzón o Sello de Ginebra se ha constituido como un sello de autenticidad e identidad regional, así como en una garantía de que las mejores tradiciones relojeras suizas fueron empleadas en la fabricación de un guardatiempo.
Entre otras cosas, el Sello de Ginebra avala el origen de un movimiento, su nivel de factura y su fiabilidad a largo plazo. Se trata de un poderoso símbolo de legitimidad relojera. Las marcas que lo ostentan forman parte de un grupo altamente selecto. Pero más allá de un conjunto de regulaciones técnicas, el Sello de Ginebra es una filosofía en la que se destaca la fabricación artesanal y la experiencia de los maestros relojeros de Ginebra.
Cómo distinguir un reloj con el Sello de Ginebra
El Sello de Ginebra reproduce el escudo de armas del Cantón de Ginebra de manera simplificada. Se trata de un escudo partido, que luce una media águila y una llave. La primera evoca al Sacro Imperio Romano Germánico, al que Ginebra pertenecía en el Siglo XI, y la segunda a las llaves del Reino, que San Pedro recibió de Cristo, como representación del poder espiritual que ejercía el Obispo de Ginebra. Los relojes que son distinguidos con este sello lo lucen grabado en el calibre y en ocasiones en la carátula.
Qué criterios se siguen para ser admitidos
Cada uno de los componentes de un movimiento tienen que ser aprobados para poder ostentar el Sello de Ginebra. En especial, los movimientos mecánicos deben cumplir tres condiciones esenciales: precisión, durabilidad y calidad de los acabados, además, tienen que ser ensamblados y ajustados en el Cantón de Ginebra y estar numerados individualmente.