Hace un año que conocíamos I.N.O.X.; su confiabilidad extrema tras ser sometido a 130 duras pruebas de resistencia para el acero de su caja. Es el nacimiento de una de las líneas más atractivas en cuanto a relojería utilitaria, y que este año recibe diferentes configuraciones, no solo en colores, sino en materiales: Paracord.
Inspirado –como tantas veces– en el equipo de los militares a fin de amplificar la resistencia de su relojería, Victorinox abraza a I.N.O.X. gracias a una correa paracord formada de cuerdas de nailon de hebras extremadamente resistentes, que son producto del mismo material utilizado en los paracaídas de las fuerzas armadas estadounidenses.
La creación de esta correa responde a los episodios que un militar o aventurero podría experimentar en una tarde de misiones, y es que ésta puede reconfigurarse a fin de proponer una cuerda para los zapatos, generar una cinta para remolcar algún vehículo o realizar un nudo de fiabilidad extraordinaria en el campamento. Si bien este tipo de historias pueden parecer extremas y lejos de la realidad, no lo son, la marca cuenta con un registro repleto de situaciones particulares que involucran a la emblemática navaja suiza en historias de supervivencia.
Naimakka: Victorinox solicitó al proveedor de correas tejidas paracord, situado en una tierra que lleva por nombre Naimakka y que está situada en la parte más extrema de Suecia, este tipo de textil. Desarrollado por Patrick Shields, siete hebras constituyen la configuración incluida en este reloj como «brazalete».
Finalmente destacamos la construcción de I.N.O.X., cuya caja –reforzada– de acero inoxidable, cristal de zafiro con triple tratamiento antirreflejos y hermeticidad de hasta 200 metros, confieren una protección extrema al movimiento de cuarzo de fabricación Ronda 715 para animar las horas, minutos, segundos y fechador.