Hablar con un relojero que conoce, que restaura, que inventa, que genera nuevas formas para la relojería y que es capaz de idear un sistema para medir la milésima de segundo de manera mecánica, es un reto, pero a la vez un gran gusto y una lección de vida. Bartomeu Gomila Sintes es un español maestro de la relojería, un personaje que nos hace vivir la intensidad de la medición del tiempo y que confirma que aún hay mucho por inventarse en este planeta.
Barto, como muchos le dicen, vive en las islas Baleares, en España, más precisamente en Menorca, y es propietario de un taller especializado en restauración y relojes complicados, al que llama “Taller del Temps”. Sin embargo, la vorágine del programa de desarrollo de Montblanc llegó a él de una manera especial dejándolo crear el Time Writer II, un cronógrafo capaz de medir la milésima de segundo. El reloj ahora lleva su nombre en la carátula y él asume la fama de ser de los pocos relojeros que lo han logrado en la historia. Su invención seguramente irá más lejos, ya que al platicar con él se entiende cómo logra medir la milésima de segundo mediante el sistema que -al momento de escribir este texto está a punto de recibir la patente- podrá medir cualquier intervalo, grande o pequeño. Con dicha patente se podrá entender perfectamente cómo le hizo, pero su utilidad será en extremo fructífera y seguramente permanecerá en Montblanc como uno de sus activos en la invención relojera.
Es indudable que en vez de una entrevista tuve una clase de relojería y complicaciones, de entendimiento de las piezas móviles que nos dan como resultado la medición del tiempo. “Barto” pasa a la historia con la creación del TW II de Montblanc, y seguramente sabremos más de él en el futuro, pues lo que ha creado no queda en los libros, sino que proyecta al futuro una nueva forma de ofrecer distintas mediciones en la relojería. Un genio de la relojería a quien, si bien entrevistarlo es un reto, hacer aflorar su lado humano y sencillez ha sido lo menos complicado y lo más placentero de nuestra charla. Montblanc hoy ha encontrado a un relojero fantástico, que le despeja su camino de alta relojería.
Para él, este reloj es un sueño hecho realidad, uno que le ha permitido cristalizar ideas innovadoras, hacer algo que no era conocido y obtener varias patentes, una de ellas decisiva para futuras complicaciones. Fantástico… soy otro luego de tener la fortuna de platicar y desayunar con él en la Ciudad de México.
-Guillermo Lira