Cuando se pensaba que la relojería inteligente debía incorporar dispositivos electrónicos y una memoria fotográfica, además de una pantalla táctil, nos equivocamos de época. Ya se construían autómatas capaces de ajustar tiempos y guardarlos a fin de modificar por completo la posición de los mismos. Es decir, se guardaba en una serie de “layers” o capas la información a la cual se recurriría más adelante. Aun cuando Greubel Forsey desveló este mecanismo hace un año, la indicación no estuvo lista para entonces y debido a ello, la contamos como su séptima gran innovación en 10 años.
Los primeros 100 años de una Manufactura relojera comienzan con los primeros 10, y es así como Greubel Forsey cumple un decenio de asombrar al mundo con sus creaciones tridimensionales, con su concepto de innovación y con la reinvención de complicaciones basadas en la arquitectura mecánica del siglo XXI, siempre pensando “out of the box”, pero respetando el actuar y saber de las divinas mentes que sentaron las bases que tanto nos apasionan.
Esta pieza es sin duda muy compleja, ya que demanda mucha energía y a la vez requiere una fácil manipulación, por lo que Greubel Forsey solo producirá un máximo de 10 piezas en los siguientes años, es decir, un artículo enfocado al mismo número de privilegiados coleccionistas.
Computeur Mécanique
Se trata de un subconjunto de 25 piezas inspirado en los sistemas que se utilizan en grandes relojes astronómicos desde finales del siglo XV, los cuales administraban información relevante para determinar fechas clave en el calendario en relación con la astronomía. El sistema regente del computador mecánico se compone principalmente de elementos co-axiales codificados que giran obedeciendo un patrón gracias a secciones móviles programadas. Dependiendo de su geometría y velocidad de rotación, cada elemento genera su propia indicación de una manera cíclica pre-programada. De esta forma, el equipo micro-mecánico es capaz de mostrar automáticamente todas las indicaciones de la pieza: calendario perpetuo junto con la ecuación del tiempo, las estaciones, equinoccios, solsticios, fecha −día, mes, y año de cuatro dígitos− y simultáneamente, discernir cuándo se vive o no un año bisiesto.
Fácil lectura
Por supuesto deberá realizarla con una lupa de relojero, pero su información y ajuste son sumamente sencillos de manipular: ocho de sus indicaciones se controlan –hacia cualquier dirección– con un solo selector integrado a la corona de remontuar. Ahora bien, la diferencia entre el tiempo solar verdadero y el tiempo civil puede llegar a variar hasta 16 minutos, por lo que la mejor manera de visualizar dicha separación sería graficarla. Es así que Greubel Forsey independizó dos cristales de zafiro que rotan libremente guiados por el cerebro de la pieza, pudiendo con ello observar también las diferencias, los equinoccios y solsticios, las cuatro estaciones del año y todas las informaciones del calendario perpetuo. Construido en caja de platino, la innovación de Greubel Forsey es, sin duda, una de las mejores piezas de la década.