Un savoir faire perpetuado durante décadas, el gusto por la innovación y la filosofía de la exigencia son algunos de los valores que comparten las manufacturas relojeras de mayor tradición. Muchas de ellas además de invertir en el desarrollo de piezas que acompañen y den personalidad a la muñeca de quienes los portan han forjado una importante tradición en la creación de relojes de escritorio, también llamados de mesa.
Como ocurre con el resto de la relojería, la de los relojes de escritorio han experimentado una importante evolución a lo largo de los años, por ello aún podemos ver modelos que conservan un estilo clásico y otros realmente revolucionarios y originales con grandiosas complicaciones.
Marcas como Vacheron Constantin, Van Cleef and Arpels, L’Epée, Jeager LeCoultre, entre muchas otras, han mantenido vivas este tipo de piezas literalmente colocando su creatividad sobre la mesa.
A continuación les presentamos una exclusiva selección de piezas de escritorio cuyo trabajo artístico y técnico es realmente excepcional y disfrutable.
Jaeger-LeCoultre y su icónico reloj de escritorio
El reloj Atmos encarna la maestría de Jaeger-LeCoultre en el movimiento perpetuo. Perfeccionado en 1928, el revolucionario mecanismo de cuerda es accionado por la contracción y expansión de una mezcla de gas. Atemporal en su elegante estética, el reloj Atmos personifica la excepcional destreza de los artesanos de Jaeger-LeCoultre y la brillantez del Atelier des Métiers Rares de la Maison, que ha inspirado a generaciones de diseñadores.
Con una nueva base y caja de cristal, esfera lacada en negro y agujas en acabado de rodio plateado, el Atmos Infinite aporta un enfoque contemporáneo al revisar la estética del famoso reloj que convive con el aire del tiempo. Una variación de sólo un grado centígrado en la temperatura ambiente basta para proporcionar 48 horas de autonomía a este reloj casi perpetuo. Con transparencia y sobriedad, esta nueva creación hace del minimalismo un absoluto.
L’Epée 1839, tradición fuera de serie
Una de las casas con mayor tradición en la fabricación de relojes de mesa es L’Epée 1839, su gama de productos ofrece los modelos más clásicos, así como los más innovadores, un claro ejemplo de la evolución de una Manufactura relojera.
En este 2024 se adentra en el Año Lunar del Dragón con una nueva creación. El dragón muestra la belleza que surge cuando la elegancia mítica del dragón chino se integra a la perfección con la precisión relojera.
Cada contorno de la forma del dragón, desde sus sinuosas curvas hasta los intrincados detalles de sus escamas, sirve de testimonio paralelo a la precisión que requiere la relojería. Los engranajes, las ruedas y los muelles reflejan la anatomía del dragón. En el corazón de este reloj, un movimiento de alta precisión que orquesta la danza del tiempo con exactitud.
Otras de sus creaciones legendarias forman parte de la colección Time Fast. Piezas que recrean un coche de carreras de F1 de los años 50 de inspiración vintage que es una escultura cinética y un reloj moderno, todo en uno. El Time Fast fue diseñado en colaboración con Georg Foster, ECAL (Ecole cantonale d’art de Lausanne) y L’Epée 1839.
El Time Fast presenta una serie de llamativos detalles de la época de la F1 de 1950. Entre ellos, el largo capó que sobresale del motor, la icónica parrilla del radiador, las grandes llantas de radios, la posición del asiento del conductor en la parte trasera y la sección inclinada de la cola. Su sensación general de deportividad se ve reforzada por su elegante diseño, sus acabados impecables, sus líneas fluidas y estos dos colores de carrocería cromados de nueva creación.
El Time Fast II en Silver Chrome de L’Epée 1839 fue reconocido hace algunos meses en el Grand Prix D’Horlogerie de Genève con el Mechanical Clock Prize.
L’Epée 1839 decidió abrazar esta temática con la presentación del Time Fast II en Silver Chrome. Con su superficie elegante y reflectante, el Time Fast II cambia su dimensión artística de una pieza de arte cinético demostrativa a una más evocadora.
The Unnamed Society, innovación visualmente impactante
Esta Manufactura imagina el símbolo del deporte más popular del mundo con una sorpresa relojera oculta. Las raíces relojeras de la marca florecen en un concepto de Alta Relojería 100% Swiss Made desarrollado íntegramente en la empresa para crear una pieza única de arte interior. El resultado: The Champion Macassar, un péndulo o reloj de sobremesa de exquisito refinamiento –con un toque juguetón– escondido en una esfera geodésica de intrincada elaboración y visualmente impactante que es el tamaño oficial del balón de fútbol.
A lo largo del desarrollo de The Champion, el calibre ONE, de manufactura propia, se ha perfeccionado continuamente en estrecha colaboración con los diseñadores de The Unnamed Society para lograr el efecto de un mecanismo que levita en el espacio. Las piezas de Maillechort (plata alemana), latón y acero ofrecen un espectáculo impresionante con sus tratamientos de superficie galvánicos en negro, carbón y níquel, amplificados con toques refinados como los chaflanes del puente acabados a mano.
Vacheron Constantin, dominio de la Alta Relojería
Hay relojes de escritorio memorables. Cuando Vacheron Constantin celebró sus 260 años de ininterrumpida actividad creativa, lo hizo con un resplandeciente tributo a las artes decorativas que han contribuido significativamente a su prolongado éxito.
En aquel momento lanzó una colección de 12 relojes únicos de mesa en cristal con forma de arcos luminosos para demostrar su dominio de la Alta Relojería y de los oficios artesanales. La serie se develó progresivamente a lo largo del 2015. Uno de los modelos que más destacó fue el Métier D’Art Arca Rock Crystal. Una «caja-joya» de tal belleza que merecía albergar un mecanismo de excepción: el movimiento esqueleto Calibre 9260.
Van Cleef & Arpels, estética encantadora
La estética inaugurada por Van Cleef & Arpels en 2022 con su autómata Rêveries de Berylline continúa hoy con una creación única inspirada en la naturaleza. Este apreciado tema de la Maison cobra vida en un autómata, Éveil du Cyclamen, que combina la lectura del tiempo en la base con un espectáculo hechizante.
De unos 30 cm de altura, este objeto -creado en colaboración con el taller de François Junod- muestra la apertura de una flor a demanda, revelando una mariposa en su interior. El despegue de esta última requirió horas de investigación y experimentos: sus alas se mueven con realismo, batiéndose unos segundos cada vez para lograr un ritmo natural. A continuación, la mariposa vuelve a su lugar en el centro de la flor, que cierra simultánea y suavemente todos sus pétalos. Una música cristalina, compuesta específicamente para este autómata, acompaña esta escena al abrirse y cerrarse la flor.
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