La relojería de la actualidad no basa su premisa en la precisión, ya no basta con entregar el tiempo al segundo exacto, debe echar mano de las tecnologías e innovaciones disponibles, debe de permanecer inalterable a lo largo de los años, debe presumir un mecanismo suizo sumamente confiable y además debe verse bien: RADO.
La casa relojera goza de un departamento de innovación que trabaja con solvencia en los materiales del siglo XXI, la cerámica, pero que además ofrece toda la tradición de un mecanismo de remonte automático con la fiabilidad de ETA, un motor de altas prestaciones para la indicación del crono con una dualidad de totalizadores y –obviamente– el segundero, pero más allá de ésto, la fecha se exhibe en posición de las 4:30 h, lo que hace diferente a la marca que se presume como una de las más vanguardistas del planeta.
Pero… sí, siguen los «peros» porque todavía no acabamos de echarle flores a esta configuración, no por nada late a 28,800 alternancias por hora en el pulso de su Embajador Andy Murray, tenista que rompió los hechizos del césped de Wimbledon y se coronó posterior a 77 años de sequía para los británicos. Una pieza que podrá enaltecer su espíritu deportivo, pero que –también– lucirá excelente al portar unos jeans o incluso de noche, al asistir a una cena de gala; su cerámica en monobloque es irrayable y altamente resistente a los golpes pues resiste hasta 1,250 Vickers, mientras que su brazalete calca la resistencia al abrazarse a la muñeca con mayor solidez que el acero, pero con un tacto mucho más agradable sobre la piel.
Unlimited Spirit, al igual que papá, incansable: