Justo estos días, comenzando por el 16 de julio del 2014, el hombre sentaba las bases de una carrera contra su propia historia, sus propios techos de innovación en la carrera espacial que comprendía a estadounidenses y rusos, pero que detonaría en la llegada del hombre a la Luna, y a probarse a sí mismo que era capaz de salir de la atmósfera en busca de nuevos espacios.
Para poner en contexto, en punto de las 9:32, hora local del complejo espacial de la NASA de Cabo Kennedy, en Florida (Estados Unidos), despega sin novedad el Apollo 11, impulsado por un potente cohete Saturno V, cuya misión es poner un hombre en la superficie de la Luna. La tripulación está compuesta por el comandante Neil A. Armstrong, de 38 años y comandante de la misión; Edwin E. Aldrin Jr., de 39 años y piloto del LEM (módulo lunar); y Michael Collins, de 38 años y piloto del módulo de mando. La misión tendrá éxito y el 20 de julio, el comandante Neil Armstrong será el primer ser humano que posará su pie sobre una superficie ajena a nuestro planeta, el suelo de nuestro satélite natural, en la zona sur del Mar de la Tranquilidad (Mare Tranquilitatis). El 24 de julio amerizarán sanos y salvos de regreso a casa en el Océano Pacífico
Es así que el Apollo se dirigió al satélite natural, uno de los fenómenos astronómicos más hermosos y misteriosos, ya que el movimiento de la Luna y su relación con respecto a la Tierra, tercer planeta de nuestro Sistema Solar, nos brinda diferente tipo de interrogantes ¿cuándo podremos volver a pisar su superficie?, qué enigmas se esconden en su “lado oscuro” y por qué la Luna cambia de color de acuerdo a los ciclos.
Lo cierto es que la relojería y nuestro concepto del tiempo considera a la Luna para determinados efectos: la gravedad, las mareas, los eclipses y la exhibición de la misma, tomando en cuenta su ciclo de 29.5 días 44 minutos y 3 segundos…
¿Te imaginas considerar este nivel de exactitud a fin de garantizar que tu reloj continúe mostrando de manera precisa la indicación de cada uno de los ciclos de la Luna? A. Lange & Söhne puso manos a la obra y, desde hace 20 años ha presentado 15 calibres con la exhibición de la Luna, uno de estos es el impresionante Grand Lange 1 Moon Phase, que además es un ejemplo de dicha ejecución maestra: necesita una sola corrección cada 122.6 años, y llevado al extremo, la presentación del Terraluna, que requerirá un ajuste de día cada 1,058 años…
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- Lange 1 Fase Lunar, delicadeza y complicación con indicaciones asimétricas y gran fecha.
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- Grand Lange 1 Fase Lunar, Luna en punto de las 9 h, para una visualización completa y compleja del disco Lunar.
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- Saxonia Aalendario Anual, las fases de la Luna en punto de las 6 h, y la gran fecha a las 12 h
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- Lange Matik Perpetuo, calendario perpetuo y fases de Luna a las 6 horas.
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- Datograph Perpetuo, indicación a las 6 horas con mecanismo de cronógrafo
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- 1815 Perpetual Calendar, fascinación técnica que no requiere un solo ajuste, sino hasta 2100
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- Gran Complicación: grand y petite sonnerie, cronógrafo con rattrapante y calendario perpetuo con fases de Luna, complejidad legendaria, la máxima hasta el momento por la relojería sajona.
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- Richard Lange Calendario Perpetuo Terraluna
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- Lange 1 Tourbillon Calendario Perpetuo, combina dos complicaciones clásicas y de altísima manufactura, con la lectura de las fases de la Luna.
Watches World, tiene el honor de compartirte cada una de estas piezas, «bajándote la Luna y las Estrellas».
