En cada ocasión de un salón de producto, sea de autos, tecnología, moda, muebles, relojería, etcétera, se encuentran mensajes a interpretar del pasado, presente y –sobre todo– del futuro de las industrias a las que se dedican.
En el caso del Salón Internacional de Alta Relojería de Ginebra en este año 2019, el primer salón del año, los mensajes que podemos recibir en su conjunto empiezan a tomar claridad y a matizar lo que viene en próximos años en la industria de la alta gama relojera.
1. ORDEN. Observamos casi en todas las manufacturas un perfecto orden de colecciones, mucho más fáciles de entender, congruentes, con códigos comunes en historia y su futuro.
- ALQUIMIA. Como nunca vemos nuevos materiales, aleaciones que cada día anuncian más y mejor eficiencia de cada pieza relojera.
- LABORATORIOS. La investigación y desarrollo en cada una de las manufacturas no ha parado, se muestran piezas excepcionales, complicaciones innovadoras, relojes que combinan la mejor mecánica que cada día ve más allá.
- ÍCONOS. Este año en especial queda claro que un producto ícono, con historia, diseño, formas, apellido diríamos, es mucho más exitoso en su evolución que la difícil tarea de crear uno nuevo frente a la aplastante existencia de un producto exitoso por décadas. De hecho, es de gran alegría y recuerdo vivir cada aniversario de una pieza especial, como el Lange 1 que cumple este 2019, 25 años, para los que saben, símbolo de toda una era.
- COLOR. En la relojería estamos viendo más colores que nunca, si bien vemos muchas carátulas azules, verdes, en colores champagne y salmón, las constantes de patinar colores en la misma carátula parecen haber llegado para quedarse y los terminados de alta calidad y trabajo manual siguen siendo los verdaderos terminados de alta relojería.
- LO QUE SE VA. Muchas industrias trabajan a la moda anual y a veces a la pasajera, pero la relojería trabaja mucho más a tendencia donde muchas al no ser vacías de concepto se quedan, tal cosa ha pasado en este arranque de siglo, en la última década se han ganado su lugar y se quedaron, las correas de caucho y tela “nato”, el renacer de logos, colores y hasta formas de tendencia “Vintage”, el amor por el cronómetro está más vivo que nunca, casi hoy una colección no está completa si no tiene uno, y la tendencia que quizás merece una mención especial, ya que la hemos visto cada día más y aumenta su valor e innovación es la de relojes esqueletados. Todo ello no deja de estar presente.
Lo que ha dejado de estar, sin duda nos hemos dado cuenta que ha sido más una historia para venderle al mercado que una estrategia de valor en el producto su historia, calidad o tecnología para el cliente.
- TAMAÑO. Vimos en las últimas dos décadas al reloj hacerse lo más grande posible, grueso y a veces hasta pesado, luego parecía adelgazar y volverse ligero, pues ahora vemos un equilibrio, colecciones que siguen entregando ejemplares grandes, pero también a nadie le hace falta el reloj que pudiésemos llamar de tamaño normal, dimensiones regulares, ese que seguramente encuentra la muñeca por su estética e innovación, elegancia o funcionalidad no solo por ser más grande cada vez. La alta relojería y su genética se imponen.
- INTELIGENCIA. Es asombroso, pero los patentes siguen llegando, se siguen pidiendo y ello cuenta por la gran cantidad de horas de inteligencia humana que se dedica a esta industria, patentes a un producto mecánico, que innova, que busca soluciones y que siempre va hacia adelante en el pensamiento, en un mundo electrónico, conectado y digital, la relojería mecánica sigue buscando su lugar en la historia y los patentes son esas páginas de inteligencia vertida para medir el tiempo cada día de manera mecánica.
- AH Y POR CIERTO… la gran pregunta a los relojes conectados en la alta relojería, esa que surgió hace algunos años ha quedado contestada. No hay eternidad en los conectados, hay actualizaciones y obsolescencia, poca alta relojería, aunque sí innovación. Si hay alta relojería que, sin chips, conectarse a la red o GPS puede medir el tiempo de manera exacta y cada día lo hace mejor, no es perecedera y su movimiento será perpetuo. Esta claro.
- Y EN LA MENTE QUEDA… Quizás este año queda en la mente que los oficios de arte relojero en carátulas siguen adelante y se cuidan, que las complicaciones son lo máximo de la mecánica y siguen buscando complicaciones atractivas, combinaciones, lecturas innovadoras y francamente es un gusto cada vez que un reloj no solo ve la hora sino ve al cielo con la luna, usos horarios o estrellas con sus animaciones, a la eternidad con muchos calendarios perpetuos, hacia la exactitud con mecanismos de fuerza constante, a la reserva de marcha útil ahora hasta cambiando la velocidad de sus oscilaciones, los materiales que cada día llevan en sí más innovación de propiedades que ayudan a la relojería…
Y si hacemos el ejercicio de abrir los ojos, visitar la expo y cerrarlos, quedan en la visión de párpado cerrado y recuerdo, los colores azules y verdes, los grandes íconos en una nueva era, los sonidos de repetidores de minutos, el sentimiento de ligereza y fuerza de los nuevos materiales, la persecución de cada día más perfección, las correas intercambiables, los grandes relojes de buceo, pero también los aviadores, los de expediciones y los elegantes, y en los oídos como cada año… el tic-tac de los mejores mecanismos relojeros de nuestra época… si tan solo pudiéramos leer la mente de algunos de los grandes relojeros que estuvieron en el SIHH 2019… si tan solo, quizás entenderíamos el futuro de manera diferente, pero una ventana nos dieron a través de sus piezas.