El cine y la relojería, dos oficios que llevan la precisión y la pasión a un nivel que despierta emociones y sentimientos…
Narrar historias y acontecimientos es algo que el hombre ha hecho desde épocas inmemoriables. Lograr que éstos quedaran como un testimonio permanente, fue uno de los fundamentos que dio origen a la cinematografía. Primero con el kinetoscopio –patentado por Thomas Alva Edison y dado a conocer en 1861– y años más tarde con el cinematógrafo de los hermanos Lumière. Estos creadores, sin saberlo, cambiaron para siempre el rumbo de la historia de la humanidad y dieron principio a un arte.
La conexión entre dos artes
Así como la cinematografía capta momentos en el tiempo, la relojería lo regula. Ambas actividades, además de haber vivido su evolución y el desarrollo de sus tecnologías paralelamente, comparten algunos principios fundamentales. El que estas dos disciplinas se unieran era entonces inevitable.
Secuencias perfectamente planeadas, sincronía, ediciones precisas… en el cine –como en la relojería– una milésima de segundo lo es todo; es la diferencia entre hacer creíble o no la historia que se está narrando, en pocas palabras, se trata de un arte de precisión y perfección. Además, en ambas…
- Se trabaja en equipo para crear algo que durará para siempre
- La organización es fundamental
- El proceso creativo no está sujeto a las estaciones del año
- Los detalles lo son todo
- Es básico el control de la producción
Historias en el tiempo
Desde la época del cine mudo, los guardatiempos ya formaban parte de los guiones. Cómo olvidar la escena de la película Safety Last (1923) donde Harold Lloyd cuelga de un reloj
gigante. Clásicos, modernos o futuristas, los relojes o el tiempo como tema central de muchos thrillers, se han convertido con el paso de los años en verdaderos protagonistas de las producciones cinematográficas junto con quienes los portan, como en la inolvidable Back to the Future o Nick of Time, con Johnny Depp.
Es innegable que algunas Manufacturas han creado lazos más estrechos con el séptimo arte, entre ellas podemos destacar a Hamilton –que a la fecha ha participado en más de 350 películas–, Omega, Breitling, TAG Heuer, Patek Phillipe, Rolex, Ulysse Nardin y Richard Mille, e incluso Girard-Perrregaux, que se ha asociado con The Academy Museum of Motion Pictures y ha asumido el papel de curador de una selección de imágenes que honran la historia y conexión entre la cinematografía y la relojería.
Los invitamos a realizar un recorrido, en el que cuadro por cuadro descubrirán a las verdaderas estrellas del séptimo arte. Si desean obtener un ejemplar de esta pieza especial, acudan a las Salas VIP de Cinépolis durante el mes de junio y julio y solicítenla.
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