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Vacheron Constantin «2013»: dedicado a la mujer


 |  6 febrero, 2013

Una tradición que data desde el siglo XIX, ha sido retomada éste año por la Manufactura Relojera más antigua del planeta (activa de manera ininterrumpida): Vacheron Constantin, firma que ha dedicado la mayor parte de su colección 2013 a enaltecer los valores femeninos mediante tres importantes colecciones: Patrimony, Malte, & Métiers d´Art.

Vacheron Constantin Malte Dame

Vacheron Constantin Malte Dame

Vacheron Constantin Patrimony

Vacheron Constantin Patrimony

Watches World tuvo acceso a ésta última durante la semana de la alta relojería en Ginebra (SIHH 2013), y comparte la cobertura especial realizada durante éste espacio.



Métiers d´Art Florilège Collection

Métiers d´Art Florilège Collection

La historia de Vacheron Constantin ligada al público femenino comenzó con los primeros relojes de bolsillo en 1800, este tipo de guardatiempos, a diferencia de los realizados para los varones, eran de talla pequeña, pero contaban con un nivel de miniaturización y decorado excepcionales. El savoir-faire  histórico de la Manufactura, incluye una de las primeras complicaciones relojeras destinadas a la mujer, un repetidor de cuartos de 1810. Gracias a la extraordinaria aceptación por parte de las famas, Vacheron Constantin, se embarcó en la creación de los relojes como joyas reales, lo que llegó a simbolizar el status de sus dueños. Estos objetos ponían a prueba la capacidade creativa de los artesanos, no sólo a la élite de maestros relojeros, sino también a los grabadores, esmaltadores y joyeros, ya que se esforzó por satisfacer las expectativas de sus clientes adinerados.

Los diamantes, turquesas, rubíes, perlas, ónix, granates y muchas otras piedras preciosas eran utilizadas no sólo para las piezas relojeras, sino para enmarcar anteojos, crear los pétalos y pistilos de las flores, o crear una miniaturización con esmaltes y grabados. Vacheron Constantin, atenta al más mínimo detalle, adopta la importancia de un mecanismo para asegurar la perfección de las cadenas y broches necesarios para el reloj.

Creatividad en relojes para dama

Las viudas de Jean-Marc Vacheron y François Constantin, tomaron el control de la empresa en la década de 1870, y aunque fue un período crítico marcado por la crisis económica, las dos mujeres hicieron una contribución indudable al desarrollo de la empresa.

Al final del siglo 19, el reloj de pulsera comenzó a afirmar su solicitud de un estilo legítimo y práctico. La historia nos dice que fue diseñado inicialmente para las mujeres antes de ser aprobado por los hombres. Vacheron Constantin inmediatamente adecuó su estrategia ante el mercado potencial para los relojes de dama. En 1889, develó un reloj de pulsera femenino que reivindicaba la reputación de la fabricación para la mano de obra. Se presentó una revolucionaria forma de dar cuerda al reloj y ajustar la hora con sólo girar el bisel, evitando así la necesidad de una corona de cuerda, movimiento alterno al automático.

El estilo de la casa ginebrina, ornamentado y refinado nunca ha salido de la Maison. Inspirado en las modas y tendencias artísticas contemporáneas, traduce dicho conocimiento mediante un savoir-faire excepcional que hoy es testimonio de la emancipación de la mujer.

Este año, y por primera vez en esta colección excepcional, una nueva obra llamada Métiers d’Art Florilège ha sido creada exclusivamente para las mujeres. Esta trilogía rinde un homenaje vibrante a la delicadeza ilustración botánica inglesa del siglo 19. Las plantas, que han sido conceptualizadas en las carátulas de los relojes, pertenecen a las ilustraciones de Robert John Thornton The Temple of Flora publicado en 1799,  las técnicas artesanas empleadas por la Manufactura, hacen uso del: esmaltado, guilloché y engastado.

En China, simboliza la riqueza y el refinamiento. Tan pronto como llegó a Inglaterra en 1778, su carácter extravagante, su originalidad y sus orígenes exóticos inmediatamente despertaron el interés de los entusiastas botánicos. Una suave tonalidad que evoca tranquilidad emana de esta línea, derivada de la exquisita delicadeza de las flores de color rojo vivo que crean un fuerte contraste con los tonos cremosos para resultar en un color verde brillante

En China, simboliza la riqueza y el refinamiento. Tan pronto como llegó a Inglaterra en 1778, su carácter extravagante, su originalidad y sus orígenes exóticos inmediatamente despertaron el interés de los entusiastas botánicos. Una suave tonalidad que evoca tranquilidad emana de esta línea, derivada de la exquisita delicadeza de las flores de color rojo vivo que crean un fuerte contraste con los tonos cremosos para resultar en un color verde brillante

Vacheron Constantin celebra el legado cultural de este trabajo artesanal, mismo que se basó en la experiencia única de un atelier extraordinario y de Anita Porchet, una artista independiente que se especializa en miniatura de esmaltado. La obra de arte, que se reproduce en grabados guilloché y  esmaltes cloisonné, cobra vida en una profusión de color. Cada línea confiere una ilusión de profundidad y perspectiva increíble, resaltado por un bisel engastado con diamantes.

Lirio de la Virgen, a la que dedica Thornton la placa número 20 de su obra, es una de esas flores que la gente más aprecia. Los símbolos de pureza y virtud resplandecen mediante una técnica de esmaltado depurada y experta. Para acentuar el esplendor de la flor, el artista que trabajó en la placa de Thornton eligió un fondo oscuro. Los pistilos, representados hasta el más mínimo detalle, parecen estar a punto de moverse, mientras el brillo suave de los pétalos, destaca por el patrón guilloché que refleja la luz en el esmalte.

Lirio de la Virgen, a la que dedica Thornton la placa número 20 de su obra, es una de esas flores que la gente más aprecia. Los símbolos de pureza y virtud resplandecen mediante una técnica de esmaltado depurada y experta. Para acentuar el esplendor de la flor, el artista que trabajó en la placa de Thornton eligió un fondo oscuro. Los pistilos, representados hasta el más mínimo detalle, parecen estar a punto de moverse, mientras el brillo suave de los pétalos, destaca por el patrón guilloché que refleja la luz en el esmalte.

El realismo es igual de sorprendente. Los artesanos han reunido a sus habilidades para reproducir las flores en su más mínimo detalle. En una primera etapa, el «motor- torno» corta líneas décima de milímetro aparte de crear un patrón de expansión simétrica, que combina la sensibilidad de un artista con una delicadeza del tacto. Entonces el esmaltador describe las formas mediante finas hojas de oro que separan los diferentes campos de esmaltes de colores, de acuerdo a la técnica de cloisonné. Los esmaltes son luego cocidos en un horno a temperaturas alrededor de 800 °. Esta es una operación delicada que la esmaltador deberá repitir varias veces para profundizar a color y dejar que el juego de luz sea traslúcido. El paso final es una última capa de esmalte incoloro, de manera similar a la técnica de vitrificado y pulido para preservar la flor con una definición brillante.

 

La planta strelitzia de Sudáfrica llegó al Real Jardín Botánico de Kew, en 1773. El director de los famosos jardines, Sir Joseph Banks - a quien Francis Masson, después de haber navegado con James Cook, trajo la flor. La llamó así en homenaje a la Reina de Inglaterra. Un símbolo de la lealtad, y buena suerte. El Strelizia se posa sobre la carátula del reloj perteneciente a la colección Métiers d'Art Florilège. Los patrones guilloché dan fe de la sensibilidad artística del artesano, mientras que los brillantes colores del esmaltado añaden profundidad a la línea para lograr un realismo asombroso.

La planta strelitzia de Sudáfrica llegó al Real Jardín Botánico de Kew, en 1773. El director de los famosos jardines, Sir Joseph Banks – a quien Francis Masson, después de haber navegado con James Cook, trajo la flor. La llamó así en homenaje a la Reina de Inglaterra. Un símbolo de la lealtad, y buena suerte. El Strelizia se posa sobre la carátula del reloj perteneciente a la colección Métiers d’Art Florilège. Los patrones guilloché dan fe de la sensibilidad artística del artesano, mientras que los brillantes colores del esmaltado añaden profundidad a la línea para lograr un realismo asombroso.

Cada uno de los tres modelos Métiers d’Art Florilège albergan un movimiento mecánico de cuerda manual calibre 4400, desarrollado y fabricado por Vacheron Constantin, mecanismo que garantiza una reserva de marcha de aproximadamente 65 horas. El acabado Côtes de Genève de su rotor, dispersa la luz al compás del movimiento. Los puentes, platina y otros componentes están biselados y decorados a mano en todas sus superficies. Sus correas de cuero -en colores femeninos- elevan a la perfección el nivel artístico de las piezas.

El Métiers d’Art Florilège es una serie limitada a 20 relojes de colección con el bisel engastado con diamantes talla redonda y 5 más engastados con diamantes talla baguette, disponibles únicamente en las boutiques de Vacheron Constantin, que fiel a la tradición y nivel de manufactura experto, cada configuración cuenta con el Punzón de Ginebra, sello que es una garantía de procedencia para: mano de obra, durabilidad y fiabilidad.

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…Ya entendería yo, con cada pieza de alta relojería, que la mayor parte de lo que llamamos extraordinario se disfruta sin percatarse del paso del tiempo, pero mirando el reloj.



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