Tras la presentación del reloj más complicado del mundo, Christian Selmoni, Director Artístico de Vacheron Constantin, habría de ser cuestionado con respecto a la pieza que ostenta el mayor número de complicaciones para un reloj de bolsillo: 57. Conózcalo AQUÍ.
Pero ¿qué motivó a la Maison a desarrollarlo?, y ¿quién habría de ser el dueño de la pieza?
«Este reloj es el ejemplo perfecto de Maître Cabinotier, que debe su origen a la solicitud especial hecha por uno de nuestros máximos coleccionistas, quien acudió a Vacheron Constantin con un desafío: realizar –para él– una pieza exclusiva que rompiera con lo antes visto en el apartado de supercomplicaciones. La pieza tuvo un periodo de desarrollo y construcción de ocho años de trabajo, y requirió del expertise de tres de nuestros más hábiles relojeros a fin de completar el hito horológico que ya ha sido entregado».
Tal como sucediera con la historia de Henry Graves y James Ward Packard en 1933, Vacheron Constantin «nace» de una solicitud específica por parte de un cliente especial, que está dispuesto a financiar –literalmente– la pieza única, y en esperar tanto como sea necesario para tenerla en sus manos y museo personal. Ahora bien, el celo relojero existe, y este tipo de récords podrían ser cuestionados, y lo son, pero Selmoni, en representación de la Casa expresan con sinceridad que, en los tiempos del Calibre 89 de Patek Philippe, habría sido imposible desarrollar lo que hoy es una realidad gracias a la tecnología y a su precisión de la maquinaria moderna.
Este tipo de desafíos le vienen bien a la industria, y es que si no existieran clientes con solicitudes especiales, algunas innovaciones, funciones y lecturas jamás habrían sido materializadas, tal como sucedió con el calendario perpetuo hebreo en este caso específico, principal causal de un gran número de complicaciones sumadas a la referencia.
Vacheron Constantin continúa desarrollando el mercado mexicano gracias al buen conocimiento y cultura relojera que existe en el país, además del abolengo y predilección de los coleccionistas mexicanos por sus piezas.