Una de las ventajas de RADO es su durabilidad, y así también el carácter de sus Embajadores, que jamás se dan por vencidos y pueden levantarse de un marcador adverso para llevarse la victoria y regresar al Top 10. Así sucedió con Andy Murray en el abierto de Viena, torneo al que accedió a la final después de un nivel de juego impecable.
Frente a él estaba David Ferrer, un español que jamás de punto por perdido y es poderoso tanto con la mente como con la raqueta, por lo que Andy cedió en el primer set 5-7, no obstante se recuperó para llevarse el segundo «episodio» por 6-2 y el tercero por 7-5, al tiempo que su HyperChrome Chronograph de alta resistencia latía en su muñeca.
Asimismo, el papel de RADO se extendió más allá del brazo de Murray, pues fungió como Cronometrador Oficial del evento. Enhorabuena a RADO, a Andy y a todos los seguidores del deporte blanco, que jamás regala una victoria.