La relojería ha mutado significativamente a través de los últimos 40 años, segmento de tiempo que comprende la aparición de los movimientos de cuarzo, el boom de los relojes digitales, los novedosos materiales plásticos, las correas de caucho y la gran oferta que responde a una demanda insaciable por guardatiempos de determinadas características, y que a su vez requiere de precios competitivos.
De igual forma, hemos sido testigos de la evolución de la relojería tradicional y de alta gama que, contrario a lo que pudiera pensarse, regresa a las bases del movimiento y se encarga de salpicar con diseños contemporáneos los mecanismos confiables y precisos concebidos hace algunos años… ¿Cómo?, ¡sí! éste es el caso de:
La idea surge gracias al talento de Mr. Felix W. Huber, quien decide realizar una pieza potente y deportiva (48 mm de diámetro para la caja), animada por el calibre Alfred Schild AS5206 de carga automática, movimiento conocido como»New Old Stock AS», develado en la década de los 70, particularmente una época difícil para la relojería mecánica, que emplearía el cuarzo para favorecer la precisión de marcha y reducir el costo en términos generales y de mantenimiento. Pero entonces ¿qué sentimiento nos regresa en el tiempo para presumir las virtudes y valores de la relojería automática?
Probablemente sea la nostalgia y el valor lúdico que adquiere una pieza que «vive» y «respira» gracias a nuestro propio movimiento. Algo inusual podría decirse, que sin lugar a dudas propone un reloj sencillamente especial, el Mystery –The Secret