La casa con sede en Le Locle, que este año celebra su 160 aniversario, ha decidido trabajar de mano con ETA para el desarrollo de un nuevo calibre, un movimiento que potenciará –finalmente– un look diferente de la lectura del tiempo, es decir el calibre 2825-2, constituye un verdadero triunfo técnico para la marca; cuenta con un módulo flexible mediante el cual se pueden insertar las ruedas de las horas, minutos o segundos en diferente posición, consiguiendo con ello dar un paso adelante en el universo de la creatividad relojera que favorece el aspecto y la lectura del tiempo.
Durante el año de aniversario, Tissot ha decidido incorporar este calibre al nuevo Le Locle Automatic Small Second, que exhibe una estética completamente diferente: las horas y minutos parten del centro, mientras que la aguja de los segundos se exhibe en posición de las 5, una modificación mecánica que resalta el atractivo de la pieza.
El diseño técnico de la mecánica de los calibres de Tissot seguramente traerá una generación de modelos que respondan a las inquietudes del creciente mercado en favor de la relojería automática «asimétrica», mientras que la gran historia de la marca, así como la seriedad y prestigio de ETA y de todo Swatch Group, han demostrado una vez más el interés global para atender las solicitudes de sus apasionados clientes.