Cada año, la cita en Ginebra nos sorprende con creaciones que dejan de manifiesto el espíritu creativo de Manufacturas como Jaeger-LeCoultre que en esta ocasión enriquece su colección Hybris Artistica con dos interpretaciones totalmente inéditas. El Hybris Artistica mystérieuse, que eleva el arte relojero a su más alto grado de expresión está compuesta de tres modelos únicos para mujer y un modelo para hombre que solo ocho afortunados podrán poseer.
Estas piezas excepcionales comparten un mismo secreto: indican las horas y los minutos con una precisión inaudita y ¡sin agujas! Siguiendo la danza del tourbillon volante orbital suspendido en su carátula, el tiempo misterioso encuentra su maestro. En efecto, la posición del tourbillon sobre la carátula da la hora, mientras que el disco del realce traduce el paso de los minutos.
En el corazón de estas notables piezas palpita el nuevo Calibre Jaeger-LeCoultre 941, concebido y ensamblado totalmente a mano en la Manufactura. Su decoración es sobresaliente y su movimiento a medida pone en escena un nuevo tourbillon volante orbital, una nueva masa oscilante, una nueva jaula de forma original.
Para ellas
Históricamente el tiempo “misterioso” ha sido una de las complicaciones favorita de Jeager-LeCoultre, por ello en su patrimonio figuran numerosas piezas “misteriosas”, la mayoría femeninas, que disimulan su delicada carátua bajo un suntuoso abrigo de piedras preciosas. Las hojas de hiedra recubiertas de diamantes que ornamentan su caja y su esfera, el Hybris Artistica mystérieuse subyuga y maravilla desde la primera mirada.
Vestida de blanco, azul o rojo, esta edición limitada de solo tres unidades da a Jaeger-LeCoultre la oportunidad de aplicar sus reconocidos oficios artísticos e inauditos, ya sea con el esqueletizado o con el engaste nieve, una técnica inventada y desarrollada exclusivamente por los artesanos de la Manufactura. Con una decoración nacarada absolutamente pura, el Hybris Artistica mystérieuse está animado por el nuevo Calibre Jaeger-LeCoultre 941.
Una decoración preciosa para albergar el misterio del tiempo
El Hybris Artistica mystérieuse devela numerosos tesoros a partes iguales, su caja de oro blanco luce diamantes engastados con la técnica nieve. Su carátula de nácar está cubierta de hojas de oro con gemas engarzadas. Las indicaciones de los minutos se revelan mediante zafiros o rubíes.
En esta nueva creación la ausencia de agujas contribuye a su fascinación. Es una obra maestra en la que el tourbillon volante orbital decorado con hojas de hiedra de oro indica las horas con precisión, girando sobre sí mismo en 60 segundos y en torno a la esfera en 12 horas. La jaula del tourbillon adoptó la forma de una estrella de cinco puntas
Al girar la caja se puede contemplar la masa oscilante de oro rosa. Íntegramente grabada a mano, su disco completo luce un acabado esqueletizado que representa también el motivo de la hoja de hiedra martillada. La técnica del esqueletizado permite estilizar la belleza del movimiento y de sus componentes para dar vida a un suntuoso bordado de metal.
Para él
Quizá uno de los aspectos más sorprendentes de esta pieza reside en la belleza de su motivo esqueletizado, que se repite tanto por el anverso como por el reverso. Esta obra maestra producida en una edición limitada a solo cinco unidades, incorpora igualmente el movimiento automático, el Calibre Jaeger-LeCoultre 941.
Al admirarlo es imposible no quedar cautivado por su esfera en aventurina azul, sobre la cual reposa un encaje de nácar esqueletizado, su tourbillon volante y su jaula en forma de ojiva, su caja de oro rosa, sus asas atornilladas, su movimiento decorado a mano…
Entre luces y sombras, un bordado de nácar esqueletizado dibuja sobre el disco de la esfera en aventurina azul un rosetón de líneas y curvas simétricas. Este cuadro geométrico de proporciones perfectas se amplifica in crescendo desde el tourbillon volante –que se abre sobre la esfera, cuyo fondo está guilloché a mano hasta el realce con índices afirmados. Alrededor de esta decoración se despliega una caja de oro rosa de 42 milímetros. Gracias a la ausencia de agujas, la esfera se ha podido alzar de unos milímetros, lo que permite revelar el trabajo de orfebre que le ha dado vida.
Considerado como una de las complicaciones más prestigiosas, el tourbillon volante orbital añade una nueva hazaña a sus prestaciones mecánicas. Dotado de una caja en forma de ojiva contundente, se sujeta sobre sí mismo sin necesidad de puente, dejando libre curso a una trayectoria perfectamente orquestada. Su posición sobre la esfera indica la hora, mientras que una flecha discreta indica los minutos sobre el realce. El nombre de este reloj sin agujas cobra entonces todo su sentido. El misterio del tiempo, parece no tener el más mínimo secreto para los maestros relojeros de Jaeger-LeCoultre, que encuentran en él su inspiración.