Una libertad creativa que se equipara a la celebración más importante de los Estados Unidos, pues fue aquel día hace 185 años, de acuerdo al calendario gregoriano. Esta fecha sigue siendo un dí apara hacer un compromiso con el país, al igual que lo hicieron los signatarios de la Declaración en 1776, cuando prometieron «nuestras vidas, nuestras fortunas y nuestro honor sagrado» para asegurar la independencia de Estados Unidos.
El país proclama formalmente su independencia con respecto al Imperio Británico, y toma un impulso basado en el patriotismo que hoy convierte al país de las barras y las estrellas en la primera economía mundial. Pero ligándolo a la relojería, Romain Jerome propuso una pieza que se inspira en esta historia y en el monumento emblemático de la principal causa de independencia, la libertad.
Ubicada al sur de la isla de Manhattan, junto a la desembocadura del río Hudson y cerca de la isla Ellis. La Estatua de la Libertad fue un regalo de los franceses a los estadounidenses en 1886 para conmemorar el centenario de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y como un signo de amistad entre las dos naciones. La estatua fue obra del escultor francés Frédéric Auguste Bartholdi, sin embargo la estructura fue trabajo de ingeniería por parte Gustave Eiffel, y sí, fue quien desarrolló la Torre de París.
Posterior a este contexto, debemos mencionar que, así como la ciudad neoyorquina, la inspiración y creatividad nunca mueren, al menos no en el laboratorio de ideas al interior de Romain Jerome, puesto que a partir del 2012 se develó la primer colección de relojería dedicada a la libertadora «Mujer de Independencia».
Fruto de la colaboración con The Statue of Liberty-Ellis Island Foundation and The Gold Leaf Corporation, este año la marca presenta una edición de 46 mm de acero con tratamiento PVD negro, que exhibe la majestuosidad de la noche en la Ciudad que nunca Duerme, una de las más reconocidas a nivel mundial y que cuenta con una historia muy particular y es protagonista de toda la nación.
Al interior, debemos mencionar que el movimiento mecánico automático RJ001-A, late a una frecuencia de 28,800 a/h, y continuará su marcha por un mínimo de 42 horas. Su carátula lacada en color gris, transfiere a la perfección el DNA de la estatua misma, mientras que sus índices facetados en color negro, exhibirán de manera inmediata y precisa el paso del tiempo a partir de su reloj de pulsera, abrazado gracias a una correa de piel de cocodrilo color negro.