Una de las complicaciones más emocionantes de la Alta Relojería se presentó hace algunos meses dentro de la colección Richard Lange de A. Lange & Söhne. Y este año se recupera la legitimidad mecánica de esta referencia mediante 100 piezas de Edición Limitada construidas en caja de oro rosa.
Segundero saltante, fuerza constante y Zero-Reset
De acuerdo a la velocidad/frecuencia del oscilador, el segundero en un reloj mecánico tiende a dar “pequeños pasos” entre cada graduación de segundos, lo cual se ejecuta a una velocidad tan rápida que engaña al ojo y parece recorrer la carátula de manera homogénea. Por ejemplo, a una frecuencia de 3 Hz, la aguja de los segundos dará 6 pasos entre cada segundo, a 4 Hz dará 8 y 10 si se trata de 5 Hz, etcétera.
En el caso de un segundero saltante su misión consiste en transformar la frecuencia del volante, en este caso particular, de seis semioscilaciones por un segundo, en el cual la aguja se mueve en un solo paso. Este proceso creado por medio de un pivote en forma de estrella de cinco puntas que sujeta al eje de la rueda del áncora. Ambos giran en conjunto cada seis alternancias sobre su mismo eje, por lo tanto, los seis saltos tradicionales −casi imperceptibles− en un reloj a 3 Hz, se transformarán en un movimiento que llega a un brazo largo que ejecuta un giro instantáneo de 360 grados antes de que lo detenga la siguiente punta, logrando así que la aguja del segundero avance hasta el siguiente índice de segundos.
Ejemplo de cuarzo: en la relojería regulada por este mineral e impulsos eléctricos, este efecto sucede de manera electrónica, enviando la energía necesaria para el salto de un segundo en la carátula en consecuencia de un segundo transcurrido.
Esta complicación es por demás aplaudida por los coleccionistas de cepa, es por ello que A. Lange & Söhne fue más allá de construir un segundero saltante, y adicionó un mecanismo de fuerza constante, que incide en la variación de torque que se libera de la energía proveniente del barrilete.
El mecanismo es visible a través del puente del rodaje, cumpliendo una doble función que compensa tanto la fuerza de la cuerda −que disminuye con la entrega de energía−, como el isocronismo y el par de fuerzas derivadas del salto del segundero. Con ello se logra una amplitud constante durante la entrega de energía, sin importar la situación del muelle real al interior del cubo del barrilete.
Finalmente, la patente Zero-Reset de A. Lange & Söhne, permite ajustar el tiempo de manera rápida y precisa. Funciona al liberar la corona, pues la aguja de los segundos apuntará a las 12 h, desacoplándose de la energía con la finalidad de afinar el tiempo con precisión al segundo. Posterior a la modificación de horas y minutos, y de retornar la corona a su posición de seguridad, el segundero regresa a la vida como por arte de magia y arranca su viaje por la carátula desde cero.
Se trata de un complejo mecanismo de palanca que sirve para bloquear el volante por medio de un muelle de parada, y posteriormente abrir el acoplamiento del árbol del segundero –formado por tres discos y un muelle especial enrollado a mano– para poder separarlo del engranaje y hacer posible una vuelta a cero sin fricción alguna.
Postdata, alerta de energía
Es claro que cuando un reloj mecánico trabaja con el fin de su energía necesita remontuarse. Para ello la indicación de la reserva avisará al usuario, no obstante, con la velocidad a la que gira el mundo en la actualidad, pocas veces notamos que estamos en el último porcentaje de autonomía de nuestro reloj. Es por ello que A. Lange & Söhne desarrolló un aviso en forma de triángulo que se “pintará” de rojo cuando la energía se encuentre en sus últimas 10 horas de trabajo.
Esta serie en oro rosa corresponde a la visión general de la Casa de Sajonia de desarrollar diferentes referencias en los materiales más utilizados por la horología tradicional, por lo que pudiéramos esperar una versión de oro blanco y una Honey Gold en el futuro, quizá.