De adentro hacia afuera, así ha pensado Zenith cuando desarrolla relojería, pero en los últimos años ha desarrollado una estética de producto que llama poderosamente la atención e invita al coleccionista a mirar la marca con ojos de mayor deseo.
El Primero Tourbillon Skeleton
Como su nombre lo dice, la caja de cerámica negra –de 45 mm– alberga un movimiento mecánico automático calibre El Primero 4035 B, conformado por 342 piezas y con tourbillon. Esta pieza vibra a 5 Hz y da vida a las horas, minutos, cronógrafo y tourbillon colocado a la altura de las 11. Destaca la autonomía de esta referencia, pues goza de 50 horas a alta frecuencia, un hito más de la Casa Relojera con sede en Le Locle.
El Primero Skeleton
Si a la ecuación anterior restamos el torbellino, obtendremos esta bellísima pieza deportiva de alta frecuencia, la cual posibilita que la medición de tiempos cortos alcance las décimas de segundo gracias al latido de su órgano regulador a 36,000 a/hora. Este calibre responde a la nomenclatura El Primero 400 B, de remonte automático y 50 horas de reserva de marcha, visible en la cara posterior gracias a un cristal de zafiro utilizado en ambos lados. En cuanto a la carátula luce un trabajo de calado que privilegia la mecánica, mientras que la correa está hecha de caucho con tratamiento tipo fibra de carbón y hebilla de titanio con PVD a juego.