¿De qué sirve una gran herencia si no es para presumirla? Mejor dicho: para aprender de ella, conservar lo extraordinario y sumarla a los grandes avances tecnológicos del presente. TAG Heuer cumple más de 150 años de haber sido creada y, desde un inicio comprometió su filosofía a la fabricación de piezas con espíritu deportivo, pero que al mismo tiempo jamás perdieran de vista el lado elegante y sofisticado que debe cumplir un guardatiempo de excelente calidad.
Hace 50 años, Jack Heuer presentaba una de las series más populares no solo de la casa relojera con sede en La Chaux -de- Fonds, sino de toda la industria: el Carrera. Es por ello que la celebración no se hizo esperar y la «Swiss Avant-Garde», ha develado una vasta colección en honor a dicho modelo y al espíritu racing de la marca. Su «motor» de altas prestaciones, ejerce las funciones de un V12 bien aceitado: start, stop y puesta a cero del crono, manipuladas con la suavidad y precisión inherentes al mecanismo de rueda de pilares con piñón oscilante –patentado–, mientras que el look vintage del Heritage Calibre 1887 realza la tradición con la que la marca cuenta desde el momento mismo de su lanzamiento.