Girard-Perregaux es una de las Casas de Alta Relojería con mayor tradición en la historia. Y luego de haber conquistado un sinnúmero de premios de cronometría, se lanza al futuro reinterpretando sus mayores íconos.
El tourbillon con tres puentes de oro es un clásico de la horología, tanto que fue esta referencia la que dio vida a la emblemática Esmeralda, un reloj que presumiblemente portara durante sus días de mandato don Porfirio Díaz, y que hoy es parte del patrimonio de la marca.
Así, tomando como base este emblemático Three Bridges original de 1884, la firma se inspira en el concepto Neo Tourbillon lanzado en 2015 y, finalmente, toma el expertise de sus relojes tourbillón con esqueleto presentados desde 1998, lo cual da como resultado un tourbillon de tres puentes con mecanismo esqueletado.
Conceptos básicos
Los tres puentes son totalmente funcionales, están patentados por Girard-Perregaux para la construcción del movimiento mecánico de remonte manual. En esta ocasión, haciendo caso del renovado Neo Tourbillon, los tres puentes esqueletados están inspirados en tres emblemáticos puentes del planeta: el viaducto de Millau (Francia), el Mohammed VI (Marruecos) y el Oversteek (de los Países Bajos).
En cuanto a dimensiones, el reloj está desarrollado en caja de titanio de 45 mm de diámetro, la cual da oportunidad a jugar con curvas inmensas dentro de este universo miniatura, con un cristal de zafiro imponente que prácticamente magnifica la indicación de las horas, minutos y segundos. Los cristales son convexos, con lo cual se perfecciona la ergonomía entregada a la muñeca, sin importar que la pieza tenga dichas dimensiones.
En el interior vibra el calibre 9400-0011, el cual se basa en el emblemático 9400, no obstante sugiere un minucioso trabajo de esqueletización, poniendo en evidencia el peso específico de la Casa fundada en 1791.
Finalmente, y en cuestión técnica, la pieza vibra a 3 Hz y lo seguirá haciendo durante 60 horas de autonomía.