Una de las tendencias que recibimos y recuperamos de nuestra labor editorial en Baselworld es el arte del esqueletado, apuntado por esta redacción y señalado como un trabajo realmente interesante en el movimiento de un reloj.
El esqueletado de un reloj es sumamente demandante, pero más cuando se trata de dar este acabado a un tipo de reloj sumamente deportivo, náutico y emocional. Desde que en 1960 se develara la serie Admiral´s como parte de la relojería de CORUM, dicha colección se ha posicionado como un clásico en la hororología deportiva, por lo cual podemos observar un número impresionante de configuraciones y cualidades.
Este 2014 recibimos un marcado acento en el rediseño de la línea «AC», de entre los cuales destacan el doble torbellino y esta pieza, que está usted mirando y admirando, debido al trabajo de calado en la platina, pero también al del disco de fechador, que exhibe el detalle y artesanía como sello de la casa con sede en La Chaux -de- Fonds, es decir CORUM.
Ahora bien, si hablamos de maestría mecánica debemos presumir que se trata de un calibre seriado 9000 de carga automática, y por primera vez en este movimiento la reserva de marcha latirá durante 42 horas sin alteración. Asimismo, la caja de titanio grado 5 –de 45 mm- presume una estética masculina y potente, ideal para la muñeca del hombre que gusta de exhibir los alcances de la pieza junto a sus amigos, pero eso no es todo, puesto que igualmente podrá hacer alusión a sus 300 metros de hermeticidad, cifra que corresponde a la presión que puede resistir la «coraza dodecagonal» de la casa de alta relojería. Finalmente destacaremos el minucioso trabajo con PVD negro, mismo que resaltará el arte del esqueletado y brindará tridimensionalidad a la pieza.
CORUM marca el rumbo de su relojería, que profundiza y coquetea con la vela totalmente desplegada, sinónimo de alta horología de manufactura.