Jaeger-LeCoultre ha llevado su expertise artesanal a un nuevo nivel con el nuevo Reverso Tribute Enamel «Dragon». Como suele ocurrir en la relojería, meses antes del inicio del Año Chino, las Manufacturas develan su interpretación única y especial de esta celebración. El próximo será el año del dragón y los maestros esmaltadores y grabadores del taller Métiers Rares™ de la Manufactura Jaeger-LeCoultre dieron rienda suelta a su imaginación.
Cabe recordar que la caja giratoria del Reverso se concibió como una solución ingeniosa para proteger la esfera y el cristal en el campo de polo. Sin embargo, poco después de su lanzamiento en 1931, los creadores de tendencias de todos los ámbitos se dieron cuenta de que el metal liso del fondo de caja era el lienzo ideal para la expresión artística y ofrecía un potencial infinito para elaborar relojes de excepcional belleza. Este es precisamente el caso.
El majestuoso dragón
La magia surge al girar la caja del reloj hacia el reverso ya que se revela un majestuoso dragón rodeado de nubes doradas. Grabado en la caja de oro rosa, el dragón parece saltar desde el fondo del esmalte Grand Feu negro brillante.
Los artesanos han pulido las superficies del cuerpo del dragón, también se aprecian los finos detalles de sus escamas, resaltadas con rodio negro, y lograron darle una textura especial con chorro de arena que contrasta con las nubes y reflejan la luz para potenciar la ilusión de movimiento.
Especial atención pusieron para lograr maximizar la sensación de volumen y profundidad. Para ello el maestro grabador empleó una técnica denominada grabado modelado. Cabe destacar que esta es una de las habilidades más exigentes ya que requiere una concentración absoluta y una destreza notable.
Por si no fuera poco el desafío, el maestro grabador empezó no con una superficie metálica lisa, como suele ser habitual, sino con una capa que ya tenía su capa de esmalte «Grand Feu», lo que requirió de una gran precisión para evitar dañar el impecable esmalte.
Se emplearon 10 cinceles de diferentes tamaños para esculpir el metal paso a paso, un trabajo que le exigió al maestro grabador más de 80 horas de trabajo.
La elegante sencillez de su esfera
En la esfera del Reverso Tribute Enamel encontramos el mismo esmalte Grand Feu negro opaco que el fondo de la caja. La elegante sencillez de la esfera del Reverso Tribute, con sus índices facetados aplicados, minutería ferrocarril y agujas Dauphine, pone en valor la belleza del fondo negro brillante.
La aparente sencillez del esmalte negro intenso es engañosa dado que en el esmaltado Grand Feu, el resultado del proceso de cocción nunca es completamente predecible.
Para crear un negro de tal profundidad y riqueza se requieren cinco o seis capas de esmalte, con cada nueva capa seguida de una cocción y un secado, lo que representa nada menos que 24 horas de trabajo (16 horas para el fondo de la caja y 8 horas para la esfera) durante el transcurso de muchos días. A este proceso le sigue medio día de pulido para conseguir un brillo perfecto y uniforme.
La excepcional calidad del trabajo de Jaeger-LeCoultre le permite ser una de las pocas manufacturas relojeras que cuentas con su propio taller de esmaltado, esto cobra mayor relevancia porque salvaguarda y promueve este antiguo arte.
El Reverso Tribute Enamel «Dragon», que celebra el Año Nuevo Chino se fabrica solo por encargo. Una muestra de que los oficios artísticos viven en perfecta armonía con la experiencia técnica de los relojeros de la Manufactura.
Reverso Tribute Enamel «Dragon»
- Caja: oro rosa
- Dimensiones: 45.5 mm x 27.4 mm x 9.73 mm
- Calibre: Jaeger-LeCoultre calibre 822 de cuerda manual
- Funciones: horas y minutos
- Reserva de marcha: 42 horas
- Esfera: esmalte Grand Feu negro, índices aplicados
- Fondo de caja: esmalte Grand Feu negro, grabado de dragón
- Hermeticidad: 3 bar
- Correa: piel de aligátor negra
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