Patek Philippe desarrolla iconos y los impulsa incesantemente, celebra aniversarios y, dentro de cada una de sus líneas, incorpora nuevas referencias que le solicitan sus mercados. Parece mentira, pero tras más de 40 años de contar con Nautilus, jamás había aparecido un calendario perpetuo en la colección.
Desde su debut en 1976, a la vanguardia de la revolución de relojes deportivos de lujo, el increíble y original Nautilus de tres manecillas causó un efecto tan positivo en las colecciones de relojería fina que pasó a integrar cronógrafos, GMTs y un calendario anual. Sin embargo, es la primera ocasión en la que la línea deportiva de la firma entrega una complicación mayor en este tipo de caja, que es también la más solicitada a nivel internacional. Su nombre: Ref. 5740/1G-001, y sin lugar a dudas, es la referencia que más nos emocionó durante la feria basilense.
Este reloj se convierte, además, en el calendario perpetuo más delgado actualmente producido por la Casa ginebrina. La caja de oro blanco mide 40 mm de diámetro y 8.42 mm de grosor, cartas suficientes para competir con algunas otras referencias de la industria que sí designan a sus perpetuos como ultraplanos. Humildemente, Patek Philippe no se ve seducido por este término tan lleno de marketing. El bisel octogonal enmarca una carátula azul adornada con el patrón en relieve horizontal emblemático de la colección Nautilus, y aquí también adornado con el patrón Sunburst graduado que marcó las ediciones del 40 aniversario de Nautilus hace un par de años.
Las agujas del bastón y los marcadores de hora aplicados de oro blanco, todos tratados con Super-LumiNova, se unen en el dial mediante tres subcarátulas de calendario perpetuo: mes y año bisiesto a las 3 en punto, fecha y fase lunar a las 6 en punto, y día de la semana y visualización de 24 horas a las 9 en punto. Un examen minucioso revela que la fecha subdial es ligeramente más grande que las otras dos, debido a la importancia de esa indicación. La indicación de la fase lunar es ultra precisa, desviándose de la posición real de la Luna en solo un día cada 122 años.
Desarrollado en caja de oro blanco de 18 quilates, exhibe las indicaciones de manera magistral sin perder un ápice la elegancia deportiva inherente a la colección. En cuanto a la estética, destaca la configuración tradicional color azul para el dial y las agujas aplicadas con tratamiento luminiscente. Postdata: es sumamente complejo presentar un Nautilus en oro, ya que los múltiples acabados que sugiere la caja complican el trabajo ante un material tan dócil.
Calibre 240 Q
El año pasado celebramos el aniversario de este increíble movimiento, y ahora parece que continuamos con la fiesta. Se trata de uno de los mecanismos más aplaudidos por la Alta Relojería, y es que su nivel de acabados y confiabilidad son máximos, pues ofrece hasta 48 horas de autonomía a 3 Hz y es un calibre de remonte automático con micro-rotor. Asimismo, sumada a la colección más exitosa en ventas para la marca, no se puede negar que la pieza será un éxito inmediato. El trabajo en la caja para entregarla con 40 mm de diámetro y 8.32 mm de espesor es excepcional, brindando un perfil minimalista a una complicación tan extraordinaria. La pieza es hermética hasta los 60 metros. Visible a través de un fondo de caja de zafiro, el movimiento tiene un grosor de solo 3.88 mm, incluida la minúscula altura de 1.35 mm del módulo de calendario. Está compuesto por 275 piezas, incluidas 27 joyas, late a una frecuencia de 21.600 vph y cuenta con una gran cantidad de exquisitos acabados, incluidos los bordes biselados y pulidos en los puentes.