Cuando el tiempo suena, es porque alma lleva…
La relojería mecánica de repetición es por demás sorprendente, basta para conectar los sentidos y apreciar una máquina intrincada que tiene a bien facilitar la vida de los seres humanos, quizá no en la actualidad, pero a finales de 1600, sí.
Fueron Edward Barlow y Daniel Quare (patente) quienes desarrollaron la repetición enfocada a la imposibilidad de conocer la hora en condiciones de luz escasas. Sin embargo, el timbre, la intensidad y la armonía de un repetidor sugirió una complicación lúdica y de las más apreciadas en la horología.
Por su parte Chronoswiss lanzó su repetidor de cuartos en 2003, que en aquel tiempo era el único repetidor de cuartos en producción. Una de las configuraciones más bellas había sido olvidada por la relojería en general, lo cual catapultó a Chronoswiss como una Casa recuperadora de las artes relojeras en nuestro tiempo.
Hoy, la Manufactura reedita su Sirius Répétition à quarts gracias a una adición de carátula de plata 925 con grabado guilloché, además de nuevas y esqueletadas agujas, y finalmente su característico pulsador que reemplaza al tradicional gatillo para la activación de la sonería en punto de las 10 horas.
Al interior de una caja de 41 mm de acero u oro de 18 quilates, late el calibre C.126, cuyo movimiento base cuenta con innovación de Dubois-Dépraz y con un módulo para la repetición de los cuartos. La pieza late a 4 Hz durante 35 horas de autonomía, armado que se lleva a cabo de manera automática. Finalmente, la pieza se abraza a la muñeca del coleccionista mediante una pulsera de piel de aligátor de Louisiana.