No existe nada como complementar una ocasión con el brillo de una perla. Su resplandor es tan dulce como encantador, y por ello este material se ha vuelto con los años uno de los preferidos por los amantes de la Alta Relojería. Pensando en lo anterior, Ulysse Nardin creó una pieza de impresionante belleza que combina el nácar, la perla, el diamante y el oro blanco para concebir una edición limitada denominada Skeleton Tourbillon Pearl, la cual además resulta una prueba fehaciente de que la joyería fina ha evolucionado hasta convertirse en interesantes y complicadas piezas de relojería.
Además de deslumbrar con su luminosidad, la estructura del reloj está esqueletada, con componentes reducidos a un tamaño mínimo para permitir a la luz atravesar el movimiento y así dotarlo de una ligereza extrema. Su calibre UN-170 desarrollado in-house parece flotar en el aire, cautivador y fascinante a la vista.
La madreperla se complementa con una cantidad abundante de diamantes en la carátula, bisel, corona, asas y puentes, de los cuales algunos también cuentan con incrustación de madreperla para otorgar una tendencia sumamente femenina. En lugar de pivotes, la pieza goza de rubíes colocados en los puentes para reducir la fricción y mejorar la fluidez de la forma y función. El barrilete de las 12 h tiene también nácar y está adornado con un motivo de concha impreso.
Entre sus elementos a destacar se encuentra el tourbillon, cuya espiral, ancora y rueda de escape están hechas de silicio y su caja también está decorada con motivos de concha visibles desde la parte posterior de la caja, a través de su fondo de cristal de zafiro. Este garantiza la precisión, durabilidad, longevidad y bajo mantenimiento de la pieza. La caja de 44 mm de diámetro es resistente hasta a 30 metros de profundidad. Su reserva de marcha de siete días y su diseño femenino rinden tributo a la unión de joyería exclusiva con Alta Relojería.
Ulysee Nardin Skeleton Tourbillon Pearl, una pieza de colección que enamora con su resplandor.
