La marca de relojería mecánica aérea, Bell & Ross, ha decidido fundir la totalidad de los colores para exhibir una referencia sumamente atractiva. Hace poco platicábamos con respecto al color blanco y las altas prestaciones de éste para la moda en general, pero que aplicado a la relojería genera un nivel de aceptación extraordinario.
Bell & Ross no solo está al pendiente de la mecánica de las piezas, sino de hacerlas lucir bellísimas, es por ello que el éxito de la marca en los últimos años, y desde su fundación ha sido como si un caza europeo surcara los cielos a velocidad supersónica. Razones hay muchas para enorgullecerse de este producto, pero una de las más importantes es su sello y calidad Swiss Made, con acento francés en el diseño y códigos estéticos.
La pieza exhibe una caja de acero inoxidable de acabado pulido, mientras una correa de piel de cocodrilo color blanco destaca la luminosidad de la pieza. Animado por un calibre de carga automática, el reloj exhibe un pequeño segundero a las 6 h, lo cual recupera la herencia de la aviación y los relojes de bolsillo de principios de siglo.