La aviación y Bell & Ross es uno mismo, al servicio de las emociones al límite, y a partir de la velocidad supersónica de los instrumentos que nos hicieron soñar cuando pequeños, pero que nos invitan a admirarlos continuamente. Admitámoslo, quién de nosotros no habría querido pilotear un avión y surcar los cielos durante el día o la noche.
Las características de un avión de guerra no solamente nos deberían de ligar al lado negativo de ésta, sino a la tecnología inherente dichos instrumentos, y así también cualquier mecanismo desarrollado para compararse con los objetos que se encuentran al interior de la cabina de pilotaje en un caza europeo, por decir algo. Me refiero a la colección de horología B&R: altímetro, coordinador de giro, o radar…
Así pues, este último se inspira en el radar de un avión, ofreciendo una legibilidad exclusiva toda vez que se entiende la manera en la que el comprador debe leer el tiempo. Comencemos por la pantalla circular que presenta tres discos negros concéntricos que están marcados con tres zonas de degradados a rojos, que posibilitará las horas, minutos y segundos a medida que la mirada se centra en el núcleo del instrumento horológico de aviación y precisión.
Asimismo, la máquina de vuelo relojero presenta una estética extraordinaria gracias a su caja de 44 mm de acero con tratamiento PVD negro, mientras que la carátula ofrece una lectura sin igual que sustituye a las manecillas, finalmente, el cristal mineral tintado ofrece la tonalidad en rouge y una alta resistencia a los arañazos, mientras que la correa de caucho negro lo ajustará a la muñeca de –apenas– 25o afortunados, número correspondiente a su limitación.