Lo inanimado cobra vida gracias a la colección Cartier Magicien, un mundo en donde las piedras sublimes y las materias preciosas se transforman en creaciones virtuosas compuestas por diamantes, zafiros, esmeraldas, rubelitas y berilos, entre otras. En ella los diseños y el color son los encargados de concebir una magia llena de vida a partir de la precisión de las líneas que liberan el movimiento y deambulan entre facetas y resplandores con una belleza fuerte, magnética y atractiva.
Una de las piezas que destaca en Magicien es el collar Incantation, con diminutos motivos geométricos y pavé de diamantes que da como resultado una red preciosa que crea la ilusión de magia pura. Su zafiro amovible a modo de broche se despliega para posteriormente animar la montura de un anillo. La expresión del savoir-faire de Cartier simula una danza de color dentro del diamante, ya sea en talla briolette o en forma de cuenta, con pavé en arandelas o ensamblado en esferas para la cadena y –como protagonista– el diamante reina supremo del collar Paillettes, inspirado en el penacho redondo de un diente de león.
En la colección también abundan las flores, bayas, ondulaciones reptiles, corolas sensuales y sinfonías compuestas por materiales preciosos que liberan emociones y sensaciones al tacto de donde surge la vida y se cristaliza bajo en nombre Cartier. Las raíces del mito azteca de la serpiente emplumada también están presentes en una de las piezas: Quetzal, cuyas líneas, eslabones con pavé de diamantes, diseño de plumas-escamas y su relieve sugieren la ondulación veloz del animal sagrado que une la tierra y el cielo.
