Las noticias llegan pronto, vuelan, así como lo haría el parajillo enjaulado al interior de un instrumento que, si bien indica el tiempo, ha sido privilegiado por un jurado especializado de acuerdo a su aporte en soluciones mecánicas.
Desde los autómatas de Pierre Jaquet-Droz, hasta la maravillosa concepción del siglo XXI, la Casa de relojería fundada en 1738 continúa celebrando la pasión por la mecánica tradicional enfocada a la industria relojera, y así este instrumento, el Charming Bird, ha sido erigido en la categoría de Mechanical Exception por el Grand Prix d´ Horlogerie de Genève.
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ESCRITO PORMarco Alegría
…Ya entendería yo, con cada pieza de alta relojería, que la mayor parte de lo que llamamos extraordinario se disfruta sin percatarse del paso del tiempo, pero mirando el reloj.