Una vez más la relojería se presenta en la pantalla grande, y en esta ocasión lo hace gracias a la participación del nominado al Oscar 
Clive Owen, quien forma parte de la selecta lista de Embajadores de Jaeger-LeCoultre, una de las casas relojeras más cercanas al séptimo arte, y que ha decidido vestir la muñeca del actor británico para este filme y desde hace algunos años.
Asimismo, los valores coincidentes entre Owen y La Grande Maison, despliegan su máximo potencial debido a la comunión precisa que ambos ejecutan en pantalla: refinamiento, puntualidad, histrionismo y detalle. Clive decidió portar el Master Grande Tradition à Tourbillon, fabricado en platino –caja de 43 mm– y limitado a una edición de 200 piezas, ideal para el viajero y coleccionista de gusto exquisito.
Tratándose de Jaeger-LeCoultre, no se puede hablar de otra que no sea la horología de manufactura, por lo que el movimiento mecánico automático dotado de torbellino –en punto de las 6 h– , exhibe igualmente el paso de las horas, minutos, segundos y un segundo huso horario (GMT) mediante una manecilla que apuntará las 24 horas señaladas en la carátula de manera magistral.
Finalmente, debemos apuntar que la más reciente película del reconocido director Stephen Soderbergh, tiene lugar en el Nueva York de 1900, y está centrada en el Knickerbocker Hospital y en su renuencia a aceptar los nuevos tratamientos y surgimiento de antibióticos. El drama puntualiza en la actuación de Clive Owen, quien encarna al doctor John Thackery, un brillante cirujano que impulsará las nuevas técnicas de la medicina.
