Llegó el día, uno muy especial para la marca de alta relojería con sede en Sajonia, Glashütte, y es que el pasado 25 de mayo se llevó a cabo una de las entregas más esperadas del año por parte de la Manufactura, y sinónimo de su conexión natural con el arte de la mecánica automotriz, la conservación y el valor añadido que adquieren las piezas que están destinadas a prevalecer y atesorarse con forme pasa el tiempo.
Muchos son los momentos en los que esta redacción recibe noticias con respecto a una subasta en la cual se entregó una pieza de A. Lange & Söhne con un valor muy superior al original, y ni siquiera han pasado una gran cantidad de años, es por ello que la relación entre el automóvil clásico bien conservado y sumamente “raro”, genera una conexión muy natural con un evento de lo más exclusivo en el planeta, es decir, el Concorso d´Eleganza Villa d´Este. Mismo que en su edición más reciente ha entregado el premio a “El Mejor de la Competencia” a un Maserati 450 s, que pertenece a Albert Spiess, quien ha sido galardonado con un Lange 1 Time Zone “Edición Como”.
El Lago de Como fue el sitio para que se llevara a cabo la ceremonia y noche de cocktail, mientras que en su discurso, Wilhelm Schmid se refirió a la relación que esta redacción ha venido apuntando a lo largo de los años: “Una utopía hoy. Algo natural mañana. Una leyenda después. El definir nuevos estándares con una actitud hacia el futuro es equivalente a definir iconos que con el paso del tiempo se convierten en leyendas”.
Posterior a tres años de colaboración con el Concorso, A. Lange & Söhne no cesa, ni cesará de privilegiar el valor artístico de este tipo de piezas, automóviles, que como en sus quehaceres y procesos relojeros, obedecen a un sentir mucho más especial que el de la fabricación de un auto que te traslade de un punto a otro, o de un reloj que solamente te de la hora de forma precisa, es un instrumento que te define, y que solo se aprecia si se tiene el nivel cultural suficiente para admirarse con él, es decir, una historia detrás.