Llevar el apellido Heuer y desenvolverse en el ámbito de la alta relojería, seguramente no ha sido fácil para Jack, quien si bien ha vivido un año que le ha dado muchas satisfacciones, también le ha provocado sentimientos encontrados. Digo esto porque hace varios años que lo conozco y he platicado con él en diversas ocasiones, pero este 2012, al entrar en el gran stand-display de tres pisos de TAG Heuer en Basilea para encontrarme de nuevo con Jack, también fui testigo de su última aparición como Presidente Honorario de la marca. Sus gestos son de alegría, sus recuerdos sin duda tienen destellos de melancolía y sus logros quedan registrados a través de la pluma de muchos que como yo, hemos tenido la oportunidad de conocerlo y de convivir con él. Jack Heuer y yo además compartimos otras afinidades: los autos y los relojes, las pistas y las relojerías, una combinación que ha resultado ser dinamita para creaciones que perduran a través de los años, como por ejemplo el reloj Carrera, nombre inspirado en la Carrera Panamericana de México e ideado por el mismo Jack. A pesar de haber visitado en pocas ocasiones nuestro país, uno de los relojes más emblemáticos de su colección precisamente se llama así. Ha sido el artífice de este posicionamiento debido a que pasó muchas horas en las pistas de las grandes fórmulas del automovilismo, y como resultado los emblemas de Heuer serán inolvidables en las vestimentas de los pilotos de mediados del siglo pasado, como en las 24 horas de Le Mans y en la Fórmula 1.
Para su último año en funciones honorarias y a manera de despedida, creó justamente un reloj Carrera: “Lo quería sencillo, pero desde luego debía ser un cronógrafo con contadores legibles, diseño balanceado y sin un tamaño extremo, sino parco en medidas. De hecho es delgado en comparación con otros, tal como lo quería”. Esto nos reveló Jack sobre el reloj que se limitará a 3,000 piezas, el cual ha fascinado a los coleccionistas de la marca, pues en su parte trasera incorpora el escudo original y la firma de Jack. Obviamente incluye códigos de color rojo en carátula y correa, ya que es el color característico con que se posicionó la marca Heuer.
Ha impreso su nombre
Jack Heuer es sin duda un hombre afortunado, pues dentro de la relojería puedo asegurarle que son pocas las marcas que ostentan aún el apellido del entrevistado. Durante una larga época fue el jefe máximo y líder de Heuer, marca muy conocida en los selectos círculos sociales y en el automovilismo. Hoy reconoce que el motor de la innovación, así como los relojeros y ejecutivos de gran talento que manejan a la Manufactura, son factores que indiscutiblemente ayudan al oficio relojero.
Watches World ¿Cuál ha sido su mejor momento en TAG Heuer?
Jack Heuer: Lo recuerdo perfecto. Fue el 3 de marzo de 1969, cuando lanzamos el primer cronógrafo de cuerda automática del mundo, el cual presentamos simultáneamente en el Hotel Intercontinental de Ginebra y en Nueva York. Fue algo complicado, pero un gran acontecimiento.
WW: ¿Y su momento más difícil?
JH: También lo tengo presente. Fue la disyuntiva en la época de crisis: aceptar la venta de la compañía o dejar que se perdiera. En ese momento mi decisión afectaba a todos lo que trabajaban conmigo, pero esa determinación se traduce en la gran Manufactura TAG Heuer que tenemos hoy en día: diseminada por todo el mundo y con un prometedor futuro. Fue muy difícil vender, pero logramos conservar lo que teníamos y mucho más. Imagine el crecimiento, pues cuando sucedió esto teníamos 101 empleados.
WW: ¿Para usted, cuáles son los valores de la marca TAG Heuer?
JH: Innovación, desempeño y una relación cercana con el mundo del automóvil. Actualmente es una firma muy grande, vea lo que ha logrado el grupo LVMH con ella. ¡Es una marca ganadora!
Jack es una persona sencilla, de charla amena, que antepone el consejo a la crítica, y cuyas ideas reflejan su gran experiencia y amplia visión. Siempre que platico con él aprendo más de autos y no termina de sorprenderme su gusto por ellos. De hecho me enteré que ha tenido dos Porsche, pero por cosas de la vida, nunca ha tendido un Ferrari a su nombre. En nuestras pláticas también hemos hablado de los hermanos Rodríguez, cuyo padre una vez le comentó: “Jack, son apenas unos niños, son muy jóvenes”. En su opinión, eran muy buenos al volante y para resistir las largas horas de competencia.
Hoy simplemente se despide de un puesto honorario, pues seguirá impregnando el ADN de una marca de gran tradición e importancia. Este personaje, que ha destacado tanto en el mundo de la alta relojería como en el del automovilismo, ha dedicado sus esfuerzos a honrar los valores de TAG Heuer, una de las marcas más conocidas y reconocidas en todo el orbe, así como el cuarto grupo de relojería de lujo en el mundo. Su sonrisa deja adivinar su satisfacción por haber alcanzado un nivel tan elevado de profesionalismo y su mirada permite entrever sus recuerdos al mando de esta casa relojera, así como su orgullo por haber nacido en la familia Heuer y llevar su sangre. Después de todo, fue él quien acuñó la frase: “El tiempo nunca se detiene, por qué debemos hacerlo nosotros”. Y Heuer no lo ha hecho, pues se fundó en 1860.
-Guillermo Lira-