Ramón González es, sin duda, un bastión de la relojería en México, cuya labor nace de su pasión por los instrumentos que miden e indican el tiempo. Fue hace más de tres décadas cuando comenzó su negocio, uno que por cierto continúa creciendo incluso en años difíciles. Su gran número de secretos, conexiones y su versatilidad para adaptarse y reinventarse, le han llevado al éxito en donde no muchos superan las épocas de crisis.
En México, su casa, nos abre las puertas de su visión relojera y toca los temas que muy pocos se atreven a abordar, lo cual hace con pleno conocimiento y dominio de la industria para la cual colabora, y colabora bien.
Watches World: Cuéntanos un poco de cómo ha sido la historia de Raconli Group, ante tu llegada a la industria relojera.
Ramón González: Creamos esta compañía en abril de 1987, hace 31 años, siendo distribuidores de Audemars Piguet y Jaeger-LeCoultre. Cuando terminó nuestra labor con ellas, trabajamos con Franck Muller, que entró a México a partir de esta visión conjunta, y también laboramos con Cvstos, apuntalando la visión independiente de la relojería.
WW: ¿Y por qué este interés por los independientes?
RG: Es muy sencillo, los grupos quieren que desaparezcan los independientes, como que les estorban, pero se les olvida que gracias a los independientes hay relojería, pues son ellos quienes están creando nuevos movimientos, complicaciones y propuestas, por lo que su papel es esencial.
WW: ¿Cómo has ido adicionando marcas a tu portafolio? Porque ¡todo el mundo quiere con Ramón!
RG: La experiencia te ayuda muchísimo: tuvimos la distribución de Audemars Piguet por 23 años y el profesionalismo que imprimimos colaboró mucho a que la marca tuviera el reconocimiento en México que tiene hoy día, la tomamos de cero y hoy es un jugador principal para nuestro país. Pero más que eso, lo que me ha ayudado es mi pasión por la relojería. Yo siempre he dicho que trabajo en lo que más me gusta y por ello no lo considero trabajo. Luego de Audemars Piguet, fue complicado encontrar una marca que tuviera la fuerza para permitirme seguir trabajando como importador. Me fijé en Franck Muller porque es una marca que siempre me apasionó y que no tenía distribuidor en México. Les presenté el proyecto, se interesaron y, a partir de ello, hemos construido una gran relación que mejora y crece año con año desde hace 12. Esto se debe a la creatividad de Franck, que cada año presenta piezas y colecciones más atractivas…
WW: Pero también obedece a la creatividad de Ramón, que ayuda y colabora con eventos y sustancia que permite crear ediciones especiales…
RG: Eso es cierto. Por ejemplo, este año hemos presentado un movimiento Crazy Hours en una caja Vanguard, una primicia para la firma que además colaboró en el homenaje a los 15 años de este icónico movimiento que ninguna marca se atreve a replicar. Lo curioso de ello es que justo el día de hoy (17 de octubre) es la presentación y ya no queda ni un reloj disponible de las dos Ediciones Limitadas a 15 piezas.
WW: ¿Vanguard es el best seller de la marca en México?
RG: En México y a nivel mundial, Vanguard es la evolución del Curvex; si tú analizas ambos, verás que prácticamente hicieron un facelift de la construcción. Es el mismo código de caja tonneau, pero más moderna.
WW: ¿Dónde encuentra Ramón González a esos aficionados a la relojería independiente?
RG: México es impresionante, tenemos un nivel de cultura muy elevado en relojería, y por ello es un mercado tan atractivo para los independientes, porque un aficionado compra por marca, pero el verdadero coleccionista sabe lo que está adquiriendo. Y puede que aprecie las grandes piezas de las marcas de los Grupos, que las hay, pero también es consumidor de la propuesta fresca y creativa de las marcas que representamos.
WW: Una cosa es el distribuidor, el papel que juega Raconli Group como importador, y otra el punto de venta ¿qué le pide el minorista a un Ramón que llega con su bloque de marcas independientes?
RG: Justo éste es el momento más importante para un distribuidor, ya que en muchas ocasiones nos topamos con una pared. Nuestros retailers tienen mucha presión de los Grupos, las marcas grandes piden espacios designados para la experiencia de compra: pequeñas boutiques dentro de las boutiques y empiezan a minimizar el espacio para nosotros. Me cuesta mucho trabajo encontrar sitio dentro de las joyerías. Pero una vez que están presentes, todas caminan.
WW: ¿Y cómo trabajas con los vendedores de las joyerías y departamentales?
RG: Al igual que el coleccionista mexicano, los dependientes de las joyerías o puntos de venta son muy conocedores. Me impresiona el nivel de información que tienen de las marcas y su pasión por el producto. Ello ayuda muchísimo porque transmiten esta información a sus clientes.
WW: Hace poco más de cinco años tuvimos una entrevista en este mismo evento, pero tu espacio era más pequeño, más modesto. ¿Cómo has crecido en tu negocio y a qué adjudicas el éxito?
RG: Tengo una suerte enorme de tener un negocio familiar; antes estaba mi primo, ahora está mi hermana, mis tres hijos y mi esposa, todos participamos. Pero lo más curioso es que yo no se los inculqué, la pasión por la relojería les surgió de manera natural.
WW: ¿Qué les enseña Ramón y qué aprende Ramón de ellos?
RG: Cuando yo necesito saber algo de un movimiento en específico, les pregunto. De ese tamaño. Qué les enseño o al menos trato: ser leales, dar buen servicio y mantener los pies en la tierra.
WW: ¿Cuál es tu percepción de la relojería en los últimos 20 años?
RG: Las crisis del país afecta, pero menos que a otros sectores. Yo siempre he dicho que los relojes son casi un instrumento de primera necesidad, porque se busca conocer el tiempo. Hoy la gente podrá leer el tiempo en el teléfono, pero como accesorio no hay un elemento que los reemplace.
WW: A partir de tu experiencia, qué piensas de los relojes conectados, el eCommerce y el mercado gris…
RG: Los relojes inteligentes no nos afectan de manera directa. El comercio en línea nos puede llegar a afectar, pero esto va a suceder en algunos años más, ya que el cliente actual y en México, sigue prefiriendo un trato personal. Habrá que adaptarse. Pero el cáncer de este negocio sigue siendo el mercado gris, a pesar de que se piensa que cuando hay mercado gris se tiene éxito, porque no puede haber mercado gris de algo que no se está vendiendo.
WW: ¿El plan para los siguientes cinco años?
RG: Crecer en el negocio familiar y aprender lo que debamos para estar listos hacia el futuro; crecer en la operación, pero no en número de marcas, a pesar de que no quiero cerrar la puerta a algunas buenas propuestas. El año pasado tuvimos Rebellion como invitado, en esta ocasión nos acompañó Le Rhöne, y este es el ADN de Raconli Group como distribuidor de marcas independientes.
WW: Con tantos años en el negocio, tantas conexiones y el know how que tienes, ¿has pensado en tener un punto de venta?
RG: Hay un dicho muy atinado: “Zapatero a tus zapatos”. Yo tengo 31 años de ser distribuidor y el distribuidor tiene sus obligaciones y responsabilidades muy claras, lo mismo que el retailer. Cuando se mezclan las dos, una de las dos falla. Si tú le das la distribución a un retailer, éste no va a distribuir más que en su tienda, y el distribuidor tiene que hacer su labor en la región, dar un servicio postventa profesional, ser el responsable de que haya stock, ayudar en marketing y comunicación. Yo no creo que sea buena idea poner un punto de venta; sin embargo, no puedo pensar por mis hijos. A lo mejor ellos sí lo consideran.
WW: ¿Cómo manejas el sell in y el sell out?
RG: Muy fácil, nosotros visitamos las tiendas una, dos veces a la semana o lo que sea necesario, y revisamos cómo va el sell out. El sell in se revisa cada fin de mes con los números de la tienda, lo que se vendió se repone y las novedades se compran.
WW: ¿La marca por volumen de negocio más potente para Raconli es Franck Muller?
RG: Por mucho, sin duda. Este año queremos romper récord y vamos muy bien.
WW: Cuántos puntos de venta tienes con el mayor de tu portafolio.
RG: Alrededor de 14, tenemos: Berger, Peyrelongue, EMWA y Calderón en Ciudad de México; Torres en Puebla, Larios en Guadalajara, tengo presencia en Culiacán y además representación en Venezuela, Panamá y Colombia.
WW: Cada día hay varias marcas que se integran a la relojería, y también otras que desaparecen, ¿a qué se debe esto desde tu perspectiva?
RG: La competencia es muy dura, las ferias de relojería son un termómetro. El cliente es muy cruel, si no le gusta tu marca simplemente te deja de comprar, y aparte, mantener una manufactura o la operación de una marca es muy complicado.
WW: Y en términos de servicio, ¿hasta dónde se compromete Raconli?
RG: Éste es nuestro diferenciador: tenemos un equipo de relojería certificado en Suiza. Cada semestre viaja a ese país para ponerse al día. Además de que contamos con una comunicación directa con las marcas y cada mes una persona de Raconli viaja a Suiza, por lo que si alguna pieza necesita cierto servicio especial se lleva, se repara y se trae de regreso.
WW: ¿Qué viene para Franck Muller México en el futuro?
RG: A ciencia cierta no te puedo decir, pero tuvimos un éxito inesperado con la pieza Crazy Hours en caja Vanguard. No queremos repetir y faltar a la exclusividad de quien compró Edición Limitada, pero veremos una evolución con nuevos materiales para la caja y carátulas. En términos globales, vienen piezas muy interesantes en Alta Relojería, en el tema central del tourbillon Gravity, vendrá algo muy llamativo y Yachting continuará evolucionando.
WW: Finalmente los autos, habrá ¿Rally Maya para rato?
RG: Por supuesto, esta semana tendremos la visita del diseñador para proponer ideas para la Edición 2019. El Rally Maya es un gran evento: más de 110 autos corriendo a lo largo de 1,200 kilómetros en la Península de Yucatán. Además, nos brinda la oportunidad de ser altruistas y entregar un porcentaje de la venta a una Fundación.