Las calaveras, como sinónimo de la muerte al menos en representación, son sumamente buscadas como ornamentos. Esta cultura de la orfebrería no data de hoy y, a pesar de ser totalmente actual, nos ha cautivado desde hace siglos.
Desde sus orígenes Bomberg se ha preocupado por romper las reglas y por dar respuesta a aquello que el hombre libre requiere de lo que decide portar; manejar, o exhibir de su personalidad.
Un rider, por ejemplo, es aquel hombre que tiene deseo de conocer los paisajes, los caminos y que busca un horizonte que le permita sumar recuerdos de hermandad con su comunidad y experiencias a través de su motocicleta.
Los famosos parches, las bandanas, unas botas exclusivas y hasta la chamarra de cuero irán guardando estas historias, así como piezas de joyería que destaquen la personalidad misma del biker.
La muerte como significado también involucra la vida, claro ejemplo es la manera en la que los riders toman un camino insurrecto con la finalidad única de sentirse vivos.
Este pasado Baselworld, Bomberg nos presentó diferentes piezas de joyería de última creación, se trata del Skully Rider Steel I, el Skully Rider Steel II y el Skully Rider Black, que están hechos de acero inoxidable con recubrimiento PVD negro. La idea general parte del diseñador Cory Brindson, quien colabora con la marca desde este mismo año.
A la colección se le suman anillos, mancuernillas y emblemáticas cadenas, las típicas que hacen juego con los relojes.