Los relojes de Montblanc cuentan historias de aventuras cautivadoras y también las protagonizan. Es el caso del magistral 1858 Geosphere 0 Oxygen South Pole Exploration LE 1990. Esta edición limitada a 1,990 ejemplares se inspira en el Polo Sur. Está dedicada a una de las hazañas más extraordinarias del alpinista Reinhold Messner, Mark Maker de la Casa. Messner fue la primera persona en alcanzar la cima de los 14 ochomiles –los picos de más de 8,000 metros de altura– entre 1970 y 1986.
En 1990, Messner y el explorador Arved Fuchs fueron los primeros en cruzar la Antártida a pie y llegar al Polo Sur. No usaron animales ni otro medio de transporte. Recorrieron 2,800 kilómetros en 92 días, a temperaturas de -40 °C, y ascendieron gradualmente más de 3,000 metros. Además, tuvieron que tirar de un trineo que pesaba más de 100 kilogramos y llevaban pocos instrumentos de navegación, como una brújula, para guiarse.
Aparte de ser el gran icono relojero de Montblanc, el 1858 Geosphere tiene una relación innata con la naturaleza, la exploración y el montañismo. Lo mismo pasa con la firma bautizada en honor del Mont Blanc, la cumbre más alta de la Unión Europea. En este sentido, el Polo Sur ha ocupado un lugar privilegiado en la imaginación de los aventureros de ayer y de hoy. Es el punto más meridional de la Tierra, una meseta helada y desierta a 2,835 metros de altitud. No hay precipitaciones ni humedad, pero sí fuertes vientos, una gran cantidad de nieve y temperaturas que bajan a -65 °C.
Un color azul icónico
El 1858 Geosphere 0 Oxygen South Pole Exploration LE 1990 tiene varios detalles basados en el Polo Sur y en la travesía de Messner. La carátula sfumato captura los tonos azul glaciar de los icebergs y los patrones en las capas del hielo polar antártico. Gracias al reloj, ahora sabemos que el hielo glaciar es distinto del hielo blanco normal. Por su edad, densidad y peso, ha expulsado la mayoría de las burbujas de aire de su interior. Esto significa que puede absorber casi todos los colores del espectro y que el color azul se refracta debido a esta ausencia de oxígeno.
Además, la carátula tiene la apariencia congelada que Montblanc empezó a introducir con éxito en sus relojes 1858 Iced Sea. Esto provoca una impresión de auténtica profundidad y luminosidad. Se comienza estampando en volumen la carátula para crear el motivo congelado. Luego se emplea una técnica especial llamada gratté boisé. Cada capa se imprime, se laca, se pule y se deja secar toda la noche antes de aplicar la siguiente. Su producción requiere cuatro veces más tiempo que una esfera estándar y más de 30 pasos distintos. La inspiración original fue el Mer de Glace, un glaciar de siete kilómetros de largo y 200 metros de profundidad en el Mont Blanc.
Una Hora Mundial sin igual
Al tratarse de un 1858 Geosphere, su movimiento Calibre MB 29.25 de cuerda automática impulsa una complicación de Hora Mundial. Ésta se despliega en dos globos terráqueos tridimensionales para los hemisferios norte y sur. Los globos giran en direcciones opuestas y cada uno incluye una indicación día/noche en colores que contrastan. Además, en el globo de la mitad inferior se puede ver la ruta que siguió Messner a través del Polo Sur. También está equipado con un fechador a las 3 h y un indicador de segundo huso horario a las 9 horas.
Obviamente, hay que hablar de la caja de 42 milímetros. Y no solo porque está hecha en titanio ultraligero, sino porque se construyó sin oxígeno en su interior. La tecnología 0 Oxygen (“cero oxígeno”) es un desarrollo reciente de Montblanc. Esta innovación no solo elimina el empañamiento del cristal, que puede presentarse con los cambios drásticos de temperatura al escalar una montaña. También evita la oxidación. Por ello, los componentes duran más y la precisión no se ve afectada.
El diseño del reloj se complementa con un bisel giratorio unidireccional de aluminio anodizado en el mismo color azul glaciar. Tiene puntos cardinales luminiscentes. Se entrega con un brazalete de titanio con ajuste fino y un nuevo acabado satinado. Se puede intercambiar fácilmente por una atractiva correa textil gris.
Con una Aurora Austral
Pero eso no es todo. Al darle la vuelta al reloj, se descubre un increíble grabado de la Aurora Austral sobre la bahía Paraíso de la Antártida. También conocida como “luces del sur”, la Aurora Austral es un fenómeno de franjas de luz de colores que danzan en el cielo nocturno. Se produce cuando partículas cargadas eléctricamente procedentes del Sol –el viento solar– quedan atrapadas en la ionosfera de nuestra atmósfera. Ahí chocan con átomos de gas (sobre todo oxígeno y nitrógeno) y los “excitan” con energía extra. Esa energía se libera en forma de partículas de luz o fotones. Las longitudes de onda determinan el color de las luces: el oxígeno desprende un tono rojo o amarillo verdoso, y el nitrógeno emite luz azul.
Este espectáculo se reproduce en la carátula del 1858 Geosphere 0 Oxygen South Pole Exploration LE 1990 por la noche. Tiene una luminiscencia azul que ilumina los continentes y la aguja del segundo huso horario. Otra luminiscencia verde resalta las agujas de las horas y los minutos, los números e índices y los puntos cardinales.
El paisaje de la bahía Paraíso con la Aurora Austral tiene una apariencia tridimensional y muy realista gracias a que Montblanc emplea una técnica especial. La decoración se graba con láser en el titanio, teniendo en cuenta el relieve del dibujo. El acabado mate y brillante también se logra con láser. Por último, los colores se crean con oxidación generada por láser. Es el nivel de oxidación el que determina el color final. Montblanc es pionera en el uso de esta tecnología en una superficie tan grande.
Un maratón extremo
Para poner a prueba este reloj tan especial, Montblanc tiene planeado algo igual de especial. El 13 de diciembre de 2023, la firma se unirá a Simon Messner, hijo de Reinhold, cuando participe en el Maratón de Hielo de la Antártida. Llevará un 1858 Geosphere 0 Oxygen South Pole Exploration LE 1990 en la muñeca. La carrera se llevará a cabo a unos cientos de kilómetros del Polo Sur, a los pies de las montañas Ellsworth y a 700 metros de altitud, con temperaturas que rondarán los -20 °C.
“Simon correrá este maratón para demostrar al mundo la extrema resistencia y fortaleza de este reloj”, nos dijo Laurent Lecamp, director global de Relojería en Montblanc. “Yo iré con él. Cada uno llevará un reloj y nos aseguraremos de que marquen la misma hora al empezar. Al cruzar la meta, demostraremos que siguen a la misma hora. Esto probará que el movimiento funciona a la perfección, incluso en las condiciones más adversas del planeta. Además, que el reloj esté en la muñeca de Simon, hijo de Reinhold, representa que se puede transmitir a las generaciones futuras. Montblanc es todo acerca de esto: hielo, nieve, desafíos, espíritus libres. Por eso nos dirigimos al Polo Sur”.
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Continúa con De glaciares, íconos y alta relojería: la emoción de Montblanc. Plática con Laurent Lecamp