Vacheron Constantin Grand Lady Kalla: el lujo transformable de la alta joyería relojera

El 2025 ha sido un año cargado de innovación para Vacheron Constantin. Su más reciente creación Grand Lady Kalla, cautiva nuevamente al mundo de la alta relojería, es una auténtica obra maestra que celebra más de cuatro décadas de savoir-faire desde la legendaria Kallista de 1979.

En esta nueva entrega, la Maison introduce un toque de color y emoción al incorporar rubíes, zafiros y esmeraldas, reafirmando su vínculo profundo con la feminidad y la artesanía.

Grand Lady Kalla no es solo un reloj, es una joya transformable que puede adaptarse a cuatro estilos distintos: reloj de pulsera, brazalete, pieza de joyería o sautoir. Cada elemento ha sido diseñado para rendir homenaje al legado joyero de la marca, fusionando la precisión suiza con la poesía del arte decorativo.

La herencia de una joya eterna

Desde sus primeros relojes joya en el siglo XIX, Vacheron Constantin ha mantenido un diálogo constante con las mujeres a través del diseño. Su historia está marcada por piezas que reflejan los valores de cada época, desde los exquisitos relojes de bolsillo de 1812 hasta las creaciones Art Déco del siglo XX.

La Kallista de 1979 fue el punto de inflexión: un reloj único en oro de 18 quilates con 130 quilates de diamantes, que marcó el nacimiento de una dinastía. A partir de ahí, la familia Kalla evolucionó en versiones legendarias como Lady Kalla, Queen Kalla o Duchesse Kalla. Hoy, la Grand Lady Kalla escribe un nuevo capítulo de esa saga con un lenguaje contemporáneo y una estética que rinde homenaje al Art Déco.

Rubíes, zafiros y esmeraldas: la nueva paleta de la elegancia

En esta edición, la Grand Lady Kalla se presenta en tres versiones extraordinarias:

• Sapphire: realizada en oro blanco de 18K, con cerca de 50 quilates de zafiros y un sautoir de perlas Akoya combinadas con cuentas de calcedonia azul.

• Ruby: también en oro blanco de 18K, con 49.85 quilates de rubíes y detalles en calcedonia rosa.

• Emerald: en platino 950, con más de 35 quilates de esmeraldas, acompañadas de perlas Akoya y cuentas de crisoprasa.

Cada piedra ha sido seleccionada y certificada por la Swiss Foundation for the Research of Gemstones (SSEF), garantizando su pureza y carácter excepcional. Los cortes esmeralda y sugarloaf (pan de azúcar) otorgan profundidad, luminosidad y un aire de sofisticación atemporal.

Grand Lady Kalla, ingeniería invisible, arte visible

Más allá del brillo, Grand Lady Kalla es una proeza técnica. Su sistema de ensamblaje permite intercambiar los elementos sin herramientas, con mecanismos ocultos bajo los engastes. Cada garra está tallada con la forma de la Cruz de Malta, símbolo de la Maison, creando un detalle que solo los ojos más atentos descubrirán.

Las superficies perfectamente pulidas y el equilibrio entre el brillo del diamante y la intensidad del color logran un efecto visual hipnótico, donde la luz parece danzar sobre cada faceta.

Versatilidad con alma

La Grand Lady Kalla responde al deseo contemporáneo de piezas transformables. Puede lucirse como un reloj en la muñeca, como una joya central en un sautoir o como un brazalete de tres hileras de diamantes. Cada forma celebra un gesto diferente: la elegancia discreta, la teatralidad nocturna o la sofisticación cotidiana.

En palabras de Sandrine Donguy, Directora de Producto e Innovación de la Maison: “Esta colección encarna la evolución del arte relojero femenino: belleza, técnica y libertad de expresión”.

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