La única marca que podría lograr esto es, por supuesto Cartier, quien además transforma sus bolsos de noche en verdaderos objetos de deseo que destellan excelencia y seducción suprema.
Las auténticas joyas de bolsos que les presentamos en esta ocasión fueron elaborados para exaltar la elegancia convirtiéndose así en obras maestras de taller realizadas siguiendo la gran tradición de los oficios artesanos.
Ya sea en guillochage, encaje en piel, pavé, tejido de seda e hilos de plata o lacado, Cartier electriza cada uno de estos estuches con un aura excepcional de autenticidad artesana.
Pochettes, estuches, bolsos, todos estrellas joyeras de la noche que vestidas de piel, de satén o pitón; de laca roja o cocodrilo, se convierte en un atuendo nocturno cuyo cierre Pantera en plata maciza evoca el mítico lápiz de labios Cartier. De igual forma el moteado en laca negra u ónix, con o sin pavé de brillantes, siempre luce flanqueado por dos cabujones de piedras duras en talla poliédrica facetados: crisoprasas, ónix o cornalina.
La laca
Los cierres, todos ellos lacados, requieren un tiempo de aplicación entre cada etapa: la laca, encastrada y tratada en su superficie, aflora en el metal sin que se perciba ninguna transición entre los dos materiales.
El Guillochage
Lacados en rojo, algunos bolsos están compuestos de cáscaras en guilloché, técnica joyera aplicada a la marroquinería que consiste en adornar un objeto con trazos grabados en hueco. El efecto marmolado es incomparable, efecto irisado que se percibe bajo la laca como una ondulación mágica.
El bordado de hilos de seda
Este estilo requiere el mismo nivel de exigencia para el enfundado a mano del encaje en piel o para el extraordinario trabajo de tejido de seda e hilos de plata realizado a mano por los artesanos de la Fundación Lisio, Italia, en sus telares de madera, un savoir-faire perpetuado desde 1906.