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Special Report
El Primero Striking 10th
sta es la pieza que Zenith nos presenta en el 2010: el primer calibre que muestra la décima de segun- do. Además, el Striking 10th supone el regreso de la manufactura al lugar en donde siempre ha radi- cado su éxito: la excelencia técnica. Todo el mundo conoce el gran mito que representa El Primero como calibre, así como lo envidiado que ha sido por muchos y lo difícil que ha resultado igualarlo. A tal grado, que nadie ha conseguido imitarlo a partir de que fuera el primer cronógrafo automático del planeta capaz de realizar 10 alternancias por segundo. Estamos frente al motor mecánico más sofisticado y con la indicación más precisa del mercado, puesto que el resto de movimientos mecá- nicos realiza, como máximo, ocho alternancias por segundo. Asimismo, como siempre ha sido el más veloz, ha ido ganando en reputación, calidad y fiabilidad.
Ahora Zenith incluye una innovación capital en el ámbito de la relojería: indica las décimas de segundo, es decir, cada una de las pulsaciones de este excepcional calibre. Esta creación implica una considerable evolución del principio del segundero fulminante. En virtud de ello, Zenith declara: “Se trata, sin duda, de un notable regreso a los valores relojeros de la marca”.
Es cuestión de técnica
Cuanto más elevada es la frecuencia del balancín (para determinarla basta con fijarse en la velocidad del tic- tac), mayor es la precisión del movimiento. El calibre El Primero, desarrollado en 1969, ha optado por una cadencia de 10 alternancias por segundo, lo que representa, aún hoy, uno de los retos más audaces para el mundo de la relojería, en el que la mayoría de los calibres no supera las ocho alternancias por segundo.
El Primero Striking 10th muestra todas y cada una de las pulsaciones de su motor. La aguja del cronógrafo central, conectada directamente con el órgano regulador, marca en cada salto una décima de segundo, que es la división del tiempo más pequeña jamás medida por un calibre mecánico de serie. Medir fracciones de tiem- po tan cortas constituye una verdadera proeza, no menos sobresaliente que hacer posible su lectura por el ojo humano. Para ello, Zenith ha debido perfeccionar de forma considerable el principio del segundero fulminan- te, en el que la aguja del cronógrafo lleva a cabo una vuelta de esfera en 10 segundos. De este modo, teniendo en cuenta que la esfera está compuesta por 100 divisiones, cada paso que realiza indica con suma precisión una décima de segundo. Conviene tener presente que, para los usuarios de este cronógrafo, las décimas de segun- do son una unidad natural del sistema decimal, mientras que los octavos o los quintos de segundo marcados por los segunderos fulminantes «clásicos», son nociones más difíciles de percibir. Con este modelo, Zenith reafirma su posicionamiento como marca líder en el rendimiento cronométrico puro y duro.
   El corazón del movimiento El Primero bate a 36,000 a/h, lo que equivale a 864,000 a/d ó 315’360,000 a/a.



























































































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