El turquesa brilla en la nueva colección de Piaget

Piaget nunca ha sido una Maison que siga caminos trazados por otros. Su historia se ha escrito a base de osadía, innovación y un amor inagotable por el color. Este año, la firma suiza vuelve a demostrarlo con una colección que gira en torno a una piedra que ha fascinado a civilizaciones enteras: la turquesa.

Con el lanzamiento de sus nuevos relojes joya –incluyendo el Sixtie, el Essentia y los Swinging Sautoirs–, Piaget invita a redescubrir la energía vibrante de esta gema ancestral y su capacidad para transmitir alegría, vitalidad y sofisticación.

Turquesa: la piedra de dioses, culturas y creadores

Desde los egipcios, que lo consideraban símbolo de renovación, hasta los aztecas, que lo llamaban la “piedra de los dioses”, la turquesa ha estado asociada con espiritualidad, poder y belleza. Piaget, atraído por su intensidad cromática y sus matices que recuerdan al Mediterráneo, fue pionero en usarla en relojería en 1963.

Aquella decisión cambió el panorama de la relojería de lujo: carátulas de piedra dura combinados con movimientos ultrafinos, un atrevimiento que situó a la Maison como vanguardia de una nueva estética, en la que el reloj era tanto un objeto funcional como una obra de arte.

El nuevo Sixtie: un tributo al diseño visionario

Entre las novedades, brilla el Sixtie, un reloj que encarna la esencia de la creatividad de Piaget. Su caja trapezoidal, de líneas suaves y proporciones equilibradas, abraza una carátula de turquesa sin índices que irradia luz y color.

El diseño rinde homenaje a la mítica 21st Century Collection de 1969, aquella que difuminó las fronteras entre relojería y moda. El bisel gadroonné, brillante y retro, evoca la estética del reloj que Andy Warhol convirtió en icono en los años setenta. A este marco visual se suma un brazalete de oro de cinco hileras, ingeniosamente articulado para acompañar la muñeca con fluidez, reforzando la sensación de portar tanto una joya como un guardián del tiempo.

Swinging Sautoirs: el tiempo como joya

La colección también recupera una de las piezas más audaces en la historia de Piaget: los Swinging Sautoirs. Estas creaciones, mitad reloj y mitad joya, se inspiran en bocetos que los diseñadores de la Maison realizaban directamente sobre revistas de moda.

Uno de ellos presenta un diseño en cascada, donde el dial trapezoidal de turquesa se enmarca con oro trenzado y diamantes que evocan el movimiento del agua. Un brillante fleco móvil añade dinamismo y refleja la luz en cada gesto.

SWINGING SAUTOIR SIXTIE.

Otro modelo envuelve la carátula en una cuerda de oro torsionado, que parece nudo casual pero en realidad es fruto de una artesanía minuciosa. Es un guiño a la filosofía de Piaget: relojes que no solo se llevan en la muñeca, sino que se viven como experiencias artísticas.

Essentia: formas orgánicas y savoir-faire

Completando la colección, el Essentia sorprende con una caja de contornos irregulares, casi escultóricos, que abraza una carátula de turquesa única en textura y color. Un marco de oro pulido y diamantes resalta sus matices naturales.

El brazalete de eslabones encadenados, trabajado con el savoir-faire característico de Piaget en orfebrería, envuelve la muñeca como un talismán precioso. Más que un reloj, es alta costura para la piel.

Una herencia que sigue latiendo

En cada pieza, el espíritu libre de los años sesenta se encuentra con la visión contemporánea de la Maison. El juego de colores intensos, los contrastes de texturas y el virtuosismo en el trabajo del oro y las piedras hacen de esta colección una auténtica celebración.

En esta “sinfonía cambiante de color”, como la describe la propia Maison, cada reloj es una declaración de alegría, osadía y libertad.

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