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SPECIAL REPORT
Minerva se encuentra en Villeret.
LA DIOSA DE LA PRECISIÓN
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Minerva, en Villeret, representa el corazón artesanal
de Montblanc. Un espacio donde tradición e
innovación conviven para mantener el valioso legado.
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En el mundo de la alta relojería suiza, pocos nombres
evocan tanta tradición artesanal como Minerva, cuya
manufactura se encuentra en Villeret, un pequeño
pueblo del Jura bernés. Desde su fundación en 1858,
Minerva se ha destacado como una casa independiente
que ha sabido cultivar el arte de la precisión, con una
historia marcada por la innovación, la excelencia técnica
y un estilo inconfundible.
La manufactura nació gracias a Charles-Yvan Robert,
que estableció un taller familiar dedicado a la relojería.
El enclave de Villeret, alejado del bullicio urbano, resultó
ideal para el desarrollo de una tradición basada en la
meticulosidad y el trabajo manual. Desde el inicio, la
firma apostó por la creación de movimientos propios, lo
que rápidamente la situó en un lugar destacado dentro
de la industria suiza.
A lo largo de su historia, Minerva fue reconocida por
sus aportes en el campo de la cronometría. En el siglo
XX, se convirtió en una referencia para la fabricación de
cronógrafos de alta precisión, tanto de pulsera como de
bolsillo. Sus calibres, como el 13.20 y el
17.29, son considerados hitos en la relojería por su
ingeniería depurada y su excelente desempeño en
competiciones cronométricas.
El aura de Minerva
La manufactura no solo produjo relojes, sino también
instrumentos de precisión para usos profesionales,
especialmente cronómetros de laboratorio y deportivos,
consolidando así su reputación internacional.
Uno de los rasgos distintivos de la marca ha sido
siempre el acabado artesanal de sus movimientos. A
diferencia de producciones más industriales, Minerva
cultivó la tradición de decorar a mano cada pieza, con
técnicas como el Côtes de Genève, el pulido espejo y el
biselado a mano. El famoso motivo de flecha, presente
en algunos de sus puentes y en el logotipo histórico, se
convirtió en un símbolo de precisión y nobleza relojera.
En 2006, Minerva pasó a formar parte de Montblanc,
una casa conocida por sus instrumentos de escritura de
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