Page 32 - Impreso
P. 32

 SPECIAL REPORT
 El gran reconocimiento de los relojes de repetición a minutos de Patek Philippe, tiene uno de sus puntos de inicio en la dedicación para crear sus “gongs”.
Cruz de Calatrava en el piso de forma gigante, detalles relojeros en las celosías de las columnas y paredes,
así como una larga pared de ilustraciones de piezas relojeras a gran proporción.
Pasando unos lectores de seguridad con credencial y se está adentro del lugar donde se crean los
relojes Patek Philippe, se desarrollan las siguientes generaciones, y donde poco a poco están despertando las siguientes grandes complicaciones. Ahí se vive el tictac de algunos relojes y han pasado todas las piezas de la Manufactura de producción reciente.
Un puente, un barrilete, un piñón o una espiral, todo esto y más se hace aquí, pero con la minuciosidad de la lupa en los terminados en todos los ángulos de los distintos materiales en que se rebaja, hasta lo más artesanal a primera vista y, a veces, al “sentimiento” perfecto del relojero-artesano a quien le toca algún proceso de un nivel superior, al que podríamos llamar un experto.
La visita
Cuando se observa de extremo a extremo el edificio
en el pasillo central que lo une todo, uno puede ver el punto de fuga que tiene la distancia de dos canchas de fútbol reglamentarias unidas; hay exclusas cada cierto número de metros, y los elevadores juegan el papel central de subirte y bajarte casi a nivel medio. Cualquier piso es parecido entre sí; hay que ser habitante de
PP6 para identificarlos todos. Sin embargo, lo que sí
se percibe a diario, y también cuando se visita, es un absoluto silencio. Ese ingrediente de tranquilidad que debe tener el relojero se vive en todo momento, cuando parece desaparecer el sonido hasta de la propia pisada. Aunado a ello, las amplias ventanas dejan entrar gran cantidad de luz, clave para que el relojero pueda realizar su trabajo. La ergonomía en cada paso es impecable: bancos que suben y bajan, iluminación adaptable, máquinas que guardan proporciones perfectas para trabajar con ellas, y más.
Es el lugar ideal para el experto relojero, para ir más allá, diariamente, en lo que representa la producción de una microscópica pieza o una majestuosa caja terminada a mano. Todo parece estar dividido en sectores pequeños, las máquinas parecen hablarse una a otra, o ser de la misma familia por área; por lo menos guardan las mismas formas y proporciones en
cada proceso.
Un largo cajón se abre y el relojero saca una barra de dos metros de oro para poder hacer brazaletes a partir de ella. Encuentra otras más en distintos materiales
y continúa con el proceso: corte, terminado y más, para unirse a los relojes. Silencio, mucho. Juventud, sorpresivamente, también. En los procesos más artesanales, que precisan gran experiencia, se siente cómo la Casa ha fomentado desde hace décadas el
 Al microscopio, los artesanos, con sus manos y herramientas, pueden producir el patrón exacto de guilloché en el componente.
 El gran valor de los oficios para la relojería se preserva y cultiva como filosofía en Patek Philippe, como marquetería, esmalte y cloisonné. Expertos en cada una de estas artes crean piezas únicas.
desarrollo de nuevo talento, mientras vemos a los
30 WATCHES WORLD
expertos pasando el conocimiento. Prueba de ello es
Hora Universal Ref. 5330G-001.
                                                                                            












































































   30   31   32   33   34