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MECHANICS
Un modelo importante en esta historia es el
300T Conquistador de Doxa, un reloj de buceo lanzado en 1969 que ya estaba equipado con válvula de helio. Asimismo, este dispositivo ha sido parte de modelos de mucho renombre, como el 500 Fathoms de Blancpain, el ProDiver de Oris, el Luminor Submersible de Panerai, el Superocean de Breitling y el Pelagos de Tudor.
Este año no ha estado exento de nuevas piezas equipadas con válvula de helio, que también se distinguen por su equipamiento robusto para el
buceo profesional, como la resistencia a los golpes, el magnetismo y la corrosión, así como una extraordinaria hermeticidad. Ejemplo de ello son el Mido Ocean Star 600 Chronometer, el TAG Heuer Aquaracer Professional 1000 Superdiver, el Tissot Seastar y el Seamaster Diver 300M Professional con carátula y bisel verde de Omega.
Algo que vale la pena enfatizar es que la válvula
de helio no interfiere con la profundidad a la que se puede sumergir un reloj. De hecho, muchos de los diver más famosos no tienen una válvula de helio porque,
en realidad, no la necesitan. La norma internacional
ISO 6425, el estándar para los relojes de buceo, no la incluye como uno de sus requisitos. A pesar de que
el buceo deportivo o recreativo no amerita tenerla o activarla, muchos entusiastas y coleccionistas de relojes diver buscan tener guardatiempos a prueba de todo, sabiendo que en su muñeca cuentan con un aliado que no solo podría acompañarlos al fin del mundo, sino a lo más profundo del océano.
Jessie Espinosa
Dive Control Limited Edition de Oris.
Las válvulas de helio más frecuentes son las automáticas, que se activan al detectar una diferencia considerable entre la presión en el interior del reloj y la presión externa.
Seamaster Diver 300M Nekton Edition de Omega.
Pelagos FXD de Tudor.
500 Fathoms de Blancpain.
Sub 300 T de Doxa.
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