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Montblanc 1858 Split Second Chronograph Edición Limitada 100 toma de inspiración los legendarios relojes profesionales de Minerva de las décadas de 1920 y 1930.
• Caja: 38.40 mm; plaqué DLC negro • Movimiento: mecánico manual • Calibre: MB M16.31 •Frecuencia: 2.5 Hz • Reserva de marcha: 50 horas •Funciones: horas, minutos, pequeño segundero a las 9 h, cronógrafo monopulsador.
Villeret. Presenta, orgullosamente, una de las complicaciones más exquisitas de la Alta Relojería. El cronógrafo de fracciones de segundo rattrapante o Split Seconds, permite medir los intervalos intermedios sin interrumpir la medición en curso de un mayor tiempo transcurrido. Como complemento adicional, incluye una escala telemétrica en la parte exterior de la carátula. Al interior, también encontramos una escala taquimétrica en base 1000 al centro en forma de caparazón. Ambas son características legendarias de los cronógrafos de Minerva.
Al reverso, el reloj demuestra su compromiso con la rica historia de los calibres originales de Minerva. Cuenta con tradicionales acabados, a mano por supuesto, como el patrón de Côtes de Genève. Como su inspiración viene de movimientos clásicos, presenta la flecha de Minerva en el extremo del bloqueador. Asimismo, luce el histórico puente en forma de V que data de 1912.
Otro aspecto a destacar de este calibre, es su composición. Las dos ruedas de volante para la complicación de cronógrafo y fracciones de segundo, así como un embrague horizontal, garantizan una reserva de marcha de 50 horas. Asimismo, hay una gran rueda de volante con 18 tornillos que late a una baja frecuencia de 2.5 Hz, clásica de los relojes de antaño. El complemento final de la pieza está en su correa de piel de caimán negra con costuras blancas, que le otorga comodidad y elegancia.
El quehacer relojero de Montblanc en Villeret, queda expuesto en el 1858 Split Second Chronograph Edición Limitada 100. La historia de más de 160 años de la marca, junto con materiales avanzados y complicaciones legendarias, es todo lo que un coleccionista podría desear. Además, no cabe duda de que la conexión entre la obsidiana negra y nuestro país, la hace más especial.
Alberto Gutiérrez
WATCHES WORLD 51