Uno de los máximos exponentes de la música mexicana, Alejandro Fernández, ha aceptado la propuesta de visita que Audemars Piguet le extendió tras su estrecha relación como entusiasta y amigo de la marca.
Alejandro Fernández y sus relojes
Este 18 de junio, el cantante jalisciense tuvo a bien conocer de primera mano la participación de la Casa –con sede en Le Brassus– en Art Basel, exhibición y ferial de arte contemporáneo de talla internacional llevado a cabo en días pasados al interior de Messe Basel, en la ciudad de Basilea Suiza. Al mismo tiempo, aceptó honrado la invitación de Oliver Audemars al edificio de manufactura, en una visita que lejos habrá de olvidar nuestro intérprete nacional.
“El Potrillo” estuvo presente en el espacio artístico desarrollado por Mathieu Lehanneur, artista que presentó la evolución de su booth “Mineral Lab” presentado en 2014, y que recibe las adaptaciones de cambio de estación: primavera-verano a fin de continuar en el tiempo y espacio en el que vivimos.
Alejandro Fernández visitó una manufactura relojera
La atmósfera del booth replica el encanto de la sede de AP en el Jura suizo. Asimismo, el menor de los Fernández y heredero máximo del talento de su padre, Vicente, tuvo a bien acceder a la invitación de Robin Meier, artista suizo creador de Synchronicity, y Marc-Olivier Wahler, curador invitado de la Comisión Artística de Audemars Piguet, a fin de conectar al mundo de la relojería con el arte contemporáneo.
Finalmente, en su segundo día de visita, Alejandro Fernández tuvo acceso a un tour guiado a través de la manufactura Le Foges, para posteriormente aplicar los conocimientos adquiridos y participar de una Master Class personalizada con la finalidad de ensamblar el emblemático movimiento 3090 (horas, minutos y pequeño segundero) y continuar su trayecto al museo de Audemars Piguet, que cuenta con obras maestras desde el instante mismo de la creación de la firma por Jules Louis Audemars y Edward Auguste Piguet en 1875.
Alejandro Fernández calza en su muñeca un Royal Oak Offshore cronógrafo, desarrollado en caja de 42 mm de oro rosa e insertos en caucho vulcanizado para los pulsadores, que se abraza mediante una correa de piel de cocodrilo color negro.